Delicias turcas: gominolas para ver Downton Abbey

Por Biscayenne
Esta noche comienza la tercera temporada de Downton Abbey, saga-folletín de criados y señores con resabios victorianos de la que soy muyfáns
Mesas esplendorosas, moldes de cobre, grandes jardines, intrigas palaciegas, malos malísimos, buenos buenísimos, acento británico y un mayordomo que se parece a Don Pimpón: lo tiene todo. 
Aunque sea todo guión y decorado, y además la veamos en casa con pijama y zapatillas, podemos calmar nuestras veleidades aristocráticas tomando un té en taza de porcelana (meñiques arriba) y comiendo algo más acorde que galletas untadas en colacao.
Intentaré poner unas cuantas recetas históricas para ronchar frente al televisor, y aprenderemos un poquillo más sobre la época y lo que significaba ser una señora o una esclava criada en aquellos tiempos, de la mano de otro recetario viejuno, el de la ínclita Mrs. Beeton.
Pero para el primer capítulo empecemos por algo fácil y reconocible: gominolas. O lo que eran parecido, las delicias turcas o lokum. Introducidas en occidente por un viajero británico desde Estambul, se convirtieron en una delicatessen para la clase alta durante el s. XIX, y era habitual regalarlas envueltas en seda cuando se iba de visita.
Consisten de una pasta gelatinosa y gominolesca, hecha a base de almidón, azúcar y gelatina a la que se echa limón, naranja, agua de rosas o frutos secos.

Mi libro de Mrs. Beeton´s cookery book, con dedicatoria viejuna incluida.


Son fáciles de hacer, de comer, y además nos sirven para rendir un homenaje al defenestrado Mr. Pamuk, aquel diplomático turco que acabó muerto por sobredosis de pasión allá por la primera temporada...
Delicias turcas (turkish delight, lokum) Dificultad, así de primeras:de cero a cien, dos si te lías al exprimir limones Sabor: a limón, pistacho y asaltacamas exóticos Receta de inspiración: Turkish delight, del libro Mrs. Beeton´s Cookery Book, Isabella Beeton.                   INGREDIENTES (para unas 25 piezas de 3x3 cm)


300 g de azúcar
20 g de gelatina en hojas 50 g de frutos secos troceados sin piel (pistachos y almendras) 75 ml de agua 1 naranja 1 limón 1 cucharada de licor 1 cucharada de agua de azahar
azúcar glas


El lokum suele llevar agua de rosas a tutiplén, ingrediente que odio con fervor. Mrs. Beeton no lo usa pero podéis echar una cucharadita o utilizar agua de azahar.
PREPARACIÓN:  Dejad en remojo las hojas de gelatina en agua fría hasta que se ablanden. 
En un cazo, echad el agua, el azúcar, la piel de limón y naranja rallada o en tiras, y el zumo de ambas frutas. Calentadlo hasta que el azúcar se diluya y comience el hervor. En ese momento, añadid la gelatina y bajad la temperatura del fuego, removiendo con una cuchara hasta que las colas de pescado se disuelvan.
Hay que apartarlo del fuego y colar el líquido, para retirar la piel de los cítricos.

Agregad el licor (el que queráis, ron, vodka, ginebra ...) y el agua de azahar y dejad que empiece a enfriarse y coger consistencia.
Mientras, machacad los frutos secos o moledlos con la batidora hasta conseguir trozos pequeños (no polvo!), y añadidlos a la gelatina removiendo bien.

Ya se puede echar la mezcla a un molde o fuente rectangular, lo que os sea más fácil. Es recomendable mojar el recipiente primero para que no se pegue demasiado la gelatina.
Podéis dejarla a temperatura ambiente hasta que se solidifique del todo, o taparla bien y meterla en el frigorífico para que vaya más rápido.
Cuando esté dura, sólo hay que cortar cuadrados del tamaño que prefiráis, robozarlos con azúcar glas, azúcar normal, o dejarlos como están.

Si queréis que os duren, lo mejor es meterlos unas cuantas horas en un bol con mucho azúcar glas, tapados del todo, para que el azúcar absorba la humedad y cubra bien el exterior.
Sólo queda cogerlos con elegancia, comerlos sin mancharse, sentarnos con la espalda bien recta e imaginar que tomamos el té con la condesa viuda.


La próxima semana tendremos algo más sofisticado y con más antelación, para que dé tiempo de sobra a hacerlo y comerlo mientras veis la serie. Intempestivos contratiempos con la luz y una tormenta han retrasado la salida de esta receta.
Como diría la prima Violet, la electricidad es cosa del demonio y estas cosas, antes no pasaban.