Como ya sabemos la fruta que mejora tras pasar por el horno es la pera; así que ahora está en su mejor época no me pude resistir a preparar un postre con esta maravillosa fruta, por tal razón hoy he decidido hornear una tarta caramelizada de arándanos y pera.
Para comenzar con nuestra receta he comprado peras de pequeño tamaño de variedad ercolina, perfectas para este tipo de postre rellenitas de un sabor aromático. Los arándanos son mejor frescos que deshidratados, ya que frescos impregnan de su tono morado la carne de la pera creando un contraste excelente una vez se encuentran en el horno.
INGREDIENTES (para 4 personas):
- 8 peras ercolinas
- 50g de azúcar
- 30g de granillo de almendra
- 50g de mantequilla
- 60g de arándanos
- Canela en polvo
- 1 lamina de hojaldre refrigerado
–Tiempo de elaboración: 1 hora
–Dificultad: fácil
PREPARACIÓN:
Empezamos pre calentando el horno a 180°, pelamos las peras, dejamos dos que serán partidas en cuartos y el resto las filetearemos. En una sartén ponemos la mantequilla, el azúcar y un poco de canela al gusto, ponemos al fuego y esperamos hasta que empiece a dorarse. Adicionamos allí las peras y las caramelizamos durante unos minutos hasta que se pongan ligeramente blandas. (La dejamos en reserva)
Extendemos la lámina de hojaldre en un molde especial para tarta y le pinchamos la superficie con un tenedor para evitar que se infle en exceso con el horneado.
Recubrimos el hojaldre con las láminas de pera, reservando los cuatro para decorar. Echamos los arándanos entremezclados y el granillo de almendra. Remetemos los bordes de la masa hacia adentro y horneamos durante 40 minutos.
Cuando acabe dejamos reposar durante 10 minutos antes de intentar darle la vuelta. La decoramos con los cuartos de pera que habíamos reservado anteriormente.
DEGUSTACION:
Lo sé, parece casi imposible que un postre tan sencillo de preparar como la tarta caramelizada de pera y arándanos pueda ser tan exquisita para nuestro paladar; les recomiendo que la sirvan fría o a temperatura ambiente y sea consumida el mismo día para que el hojaldre no se reblandezca.