No soy una experta en cocteles y tragos. Confieso además que he sido hasta siempre bastante reticente a mezclar bebidas. Sin embargo, en la vida siempre hay que darse la oportunidad de descubrir nuevos placeres que se salen de nuestros preconceptos y prejuicios. Y muchas veces se alcanzan y experimentan así nuevos disfrutes. ¡Este es el caso, y es importante decir también que he partido de la base de dos productos excepcionales! Un vino blanco sublime, el Fume Blanc de Errazuriz sumado al licor de grosellas negras más delicioso que he probado en mi vida, la Crema de Cassis de Dijon Lejay. En proporción 2/3 de vino blanco, 1/3 de crema de grosellas, este trago es a la vista por demás atractivo. Ideal como aperitivo, es un aliado perfecto para abrirnos el apetito. En nariz, los perfumes del sauvignon blanc, una cepa que en tierras chilenas es ampliamente aromática y envolvente, se suma a la riqueza de aromas de las grosellas. Y en boca, este conjunto de aromas se funde en sabores diferentes, pero complementarios. La dulzura de la fruta negra, madura y concentrada se amalgama con la acidez refrescante de los cítricos. Sin otra cosa que agregar, este aperitivo es simple e interesante. ¡Un maridaje en sí mismo difícil de superar! Marina La Forgia