Bajo lo que conocemos por seta de cardo (la de monte) se esconde un complejo grupo de especies y variedades de hongos cuyo aspecto y sabor resultan virtualmente idénticos. La diferencia radica en que cada variante de la seta de cardo se ha especializado en parasitar cierto tipo de umbelíferas de su área nativa de distribución, que es la cuenca mediterránea y sus alrededores. Así, Pleurotus ferulae infecta las raíces de la vistosa Ferula communis, mientras que Pleurotus eryingii hace lo propio con las del cardo corredor o setero (Eryingium campestre). Bajo tierra, esta seta despliega los filamentos algodonosos de su micelio, una pelusa viviente que va segregando enzimas digestivas llamadas lacasas, las cuales poco a poco hidrolizan la lignina de las raíces del cardo setero. Muchos cardos sucumben ante la infección por parte del hongo, que sería por tanto un parásito letal, un parasitoide. Pero otros cardos seteros resisten de algún modo, y estos supervivientes experimentan un misterioso cambio de sexo. Al parecer, ciertas sustancias que produce el hongo esterilizan la parte masculina (polen) de la planta. El cardo pasa así a convertirse en una planta hembra, a efectos prácticos, ya que sólo serán fértiles los óvulos de sus flores. En esto la seta de cardo recuerda a la bacteria Wolbachia, que vive dentro de numerosos insectos a los que convierte en hembras.
Pero parece ser que las consecuencias de esta transmutación no son del todo perjudiciales para los cardos seteros. Pensemos que, en un terreno de setas ("rodal"), los cardos feminizados no podrán reproducirse entre sí, con lo cual el polen que los fecundará forzosamente será de plantas de otros terrenos sin Pleurotus, terrenos que estarán relativamente lejanos y que por tanto seguramente tendrán cardos con variedades diferentes de ciertos genes. De este modo, los hongos están favoreciendo una saludable mezcla genética entre diferentes poblaciones de cardos seteros. Tal vez así facilitan la persistencia de las poblaciones de estas plantas, lo cual suena lógico porque dependen totalmente de ellas. ¿Acaso está convirtiéndose la seta de cardo en un extraño simbionte de su hospedador? Los indicios apuntan a que las diferentes especies y variedades de setas de cardo han evolucionado recientemente adaptándose a distintas plantas a lo largo de la zona mediterránea y alrededores, de modo que la coevolución planta-hongo no ha hecho más que empezar en este caso. ¿Qué derroteros seguirá la historia de la seta de cardo en un futuro lejano? ¿Se convertirá en un simbionte integrado dentro de los tejidos vegetales del cardo setero, como ejemplifican los numerosos hongos endofíticos que se conocen? Quién sabe...
Por su capacidad de romper la lignina, los Pleurotus y otros hongos de la podredumbre blanca de la madera podrían ser útiles para descontaminar terrenos polucionados con hidrocarburos aromáticos policíclicos.