Delincuentes

Por Siempreenmedio @Siempreblog
“No hay justicia con leyes injustas. En la gran tradición de la desobediencia civil, declaremos nuestra oposición a este robo privado de la cultura pública. Tenemos que descargar publicaciones científicas y subirlas a redes de file-sharing”.
 
 “Todo funciona haciendo copias, no lo van a poder detener”.
 
Aaron Swartz (1986-2013)
 

By Sage Ross (Flickr: Boston Wiki Meetup) [CC-BY-SA-2.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/2.0)%5D, via Wikimedia Commons

  El pasado 11 de enero se suicidaba en Nueva York, a los 26 años de edad, Aaron Swartz; uno de los responsables de que la web sea hoy tal y como la conocemos. Swartz fue uno de los primeros creadores e impulsores de las licencias Creative Commons y era uno de los mayores defensores de la libertad para compartir conocimientos y contenidos libres a través de la red. En septiembre de 2010 descargó una gran cantidad de documentos académicos del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) para que más gente tuviera acceso a ellos siendo arrestado posteriormente por el Gobierno de los EE. UU. acusado de crímenes informáticos y enfrentándose  13 cargos de delito grave punibles con una pena máxima de 50 años de cárcel y 4 millones de doláres de multa.

Aunque su amigo, el periodista Cory Doctorow, descartó que se suicidara por las acusaciones en su contra, sino mas bien por los problemas con la depresión que tuvo durante mucho tiempo, conocer que en el año 2008, un joven programador de 22 años llamado Jonathan James, se suicidó también después de que el mismo fiscal del caso contra Aaron Swartz, le acusara (al parecer injustamente) de ser un hacker al que perseguía, deja abiertas las posibilidades.

Y este caso reciente deja al descubierto la absurda legislación estadounidense sobre los derechos de autor y el copyright. Unas leyes que castigan con más dureza a un tipo que descarga sin permiso documentos con copyright que a un tipo que roba un banco con violencia o intimidación, por ejemplo.  En la era de Internet la protección de los derechos de autor se está viendo seriamente afectada, qué duda cabe. Pero es que Internet ha venido a cambiar de forma radical la forma en que consumimos información y cultura. Las leyes que antes eran válidas ahora no lo son. Y la mayoría de los países, en lugar de adecuar las leyes sobre derechos de autor y propiedad intelectual a los nuevos paradigmas, se empeñan en intentar para el cambio a base de intimidación y condenas.

Está claro que los derechos de los autores sobre su obra deben ser protegidos, pero debemos empezar a pensar que la frase de “un autor tiene derecho a vivir de su trabajo”, es una falacia; en realidad “un autor tiene derecho a intentar vivir de su trabajo”, y la sociedad tiene derecho a acceder a la información y la cultura independientemente de sus posibilidades económicas y, sobre todo, independientemente de los caprichos y las estrategias de venta de unas empresas que ven cómo la sociedad ya no consume sus productos al ritmo que marcan ellos, sino que tiene esos productos a un click de ratón; cuando quiera y como quiera. Los que descargamos cultura de Internet no somos delincuentes, somos consumidores de cultura obteniéndola de la forma más fácil y cómoda posible.