Esto es concretamente a lo que me refería con “resaca”, término que en ningún modo lo uso de forma injuriosa o como sinónimo de banalidad. De hecho hay sabrosos tesoros en estos momentos de transición, a veces opacados injustamente por los grandes cabezas de serie.
Ya que hablamos del britpop, Deluxe podría ser parte de esa “resaca”, pero trasladada a España (al menos en sus inicios). Ni que decir tiene que, vuelvo a repetir, no es ni ningún desdoro, ni ningún menoscabo. De hecho Deluxe son uno de los mejores exponentes de la música española de su momento y un deleite para los buenos degustadores del pop. No obstante, las raíces británicas de Deluxe ya están ahí, en su primer disco “Not What you Had Thought” (2001), y los que fueron felices con la música anglosajona de los años noventa tenían muchas razones para alegrarse.
Deluxe estaba concebido como un proyecto cuyo creador, ejecutor y vigía era Xoel López que, a larga, se ha convertido en uno de los rostros más conspicuos del indie español, manteniendo vigente un notable prestigio y seguimiento. Como decíamos, los inicios de Deluxe fueron de marcada raigambre británica, bien por efecto del britpop o bien por compartir influencia con tan destacada hornada (contemos también con las personales querencias mod de Xoel en sus inicios).
Su debut trajo consigo “I’ll see you in London”, primer éxito y un buen catalizador para superar las expectativas de un primer álbum. En general crítica y público fueron justamente generosos con Deluxe y Xoel comenzó ser, en el ámbito independiente, un nombre de peso.
Hoy analizamos su segundo disco, “If Things Were To Go Wrong”; un LP que actúa como un conglomerado de la esencia de Deluxe. Nadie puede negar el sentimiento expansivo, ni el crecimiento musical respecto a su debut. Es una obra que aúna la ambición despreocupada con el celo meticuloso del artesano. “If Things Were To Go Wrong” asocia la heterogeneidad con un saludable sonido casero, como si Xoel fuera un diestro “Juan Palomo” que mima hasta el último acorde. La alternancia estilística es ciertamente destacable: Pop-rock, soul, funk, góspel, bossa nova… dando como resultado un conjunto divertido y de altas melodías.
Una novedad importante es la idiomática; se abandona el predominio total del inglés y se insertan dos canciones en castellano (una de ellas además con mucho peso específico en el repertorio de Deluxe) y una sorpresita en portugués. En este sentido se produce un primer indicio de cambio, patente plenamente ya en los discos posteriores, que serán íntegramente en castellano.
Si no lo han escuchado antes y son amigos de las delicadezas pop, este disco les proporcionará momentos muy agradables. De momento, aquí viene nuestro análisis.
ANÁLISIS DEL DISCO.1. “Que no”: Y el disco nos recibe con el cambio idiomático que adelantábamos en la introducción. La primera canción en castellano de Deluxe es con justicia uno de sus temas señeros. Muy difícil resistirse al ritmo de sus rasposas guitarras y a la maciza percusión, sumamente bailable, que llevan en volandas a un estribillo sencillo pero catártico. Es como un pequeño himno a la negación, al criterio propio y a las pequeñas subversiones. Un tema muy representativo de Deluxe y una excelente apertura.
2. “Three months of glory”: Sigue manteniendo el tono contundente, pero enfocado hacia la melancolía nostálgica. La rebeldía se ha transformado en una lamentación introspectiva, notándose en mucho detalles en la producción; como por ejemplo el uso del reverb en voces y guitarras. No es una melancolía apática, se defiende con uñas y dientes. Una de las más bonitas del conjunto.
3. “If things were go to wrong”: Nuevamente se hace hincapié en la nostalgia, pero de una forma más sedosa, adornada y delicada. La voz de Xoel y los leves arreglos de cuerda se amalgaman formando una hermosa y evocadora dupla. A veces pienso que esos arreglillos de cuerda remiten un poco a The Smiths (en la onda de “There is a light that never goes out”) En cualquier caso una de las canciones más conocidas de Deluxe.
4. “You’ve got too much”: El ánimo se remonta con una canción movida, esencialmente divertida y pizpireta. Una buena parte de su estructura se compone de elementos de la música negra; funk y soul por delante. Xoel López se defiende bien mezclando el pop con este registro y nos entrega un número muy pegadizo. La letra no obstante parece tener un deje más ácido, orientándose quizá hacia el comentario social o (teorizando por mi parte) hacia las grandes compañías discográficas.
5. “Freak”: Continúa el tono hedonista, agradablemente divertido (como si eso fuera poco) con “Freak”. Es un pop rock, casi bailongo, con más aportación de guitarras que en el las canciones inmediatamente anteriores. Canción jovial de pop coloreado que encaja muy bien “You’ve got too much”. Lo más curioso es la estructura casi narrativa de las estrofas, que acaba envolviendo al estribillo.
6. “Bienvenido al final”: Segunda incursión en el castellano y un regreso al ánimo melancólico y algo atribulado. Es una canción de gustosos y medidos arreglos, incluyendo nuevamente unas sobrias cuerdas, muy propicia para escuchar un buen pop clásico, del de toda la vida. En el estribillo sube un poco más la intensidad, enfatizando la dolorosa rabia que hay tras la letra. Letra que añora tiempos mejores, en contraste con las decepciones presentes; se puede acomodar también a lo efímero del éxito.
8. “God saves (but not me)”: No sé si sería conceptualmente preciso llamar góspel al estilo de esta canción, pero desde luego si tiene ese toque de “misa”; por la entonación de Xoel, los arreglos de órgano y los coros presentes en algunos instantes. Supone un nuevo añadido al repertorio de estilos de “If things were to go wrong”, cosa que siempre es bienvenida. La canción tiene como una especie de solemnidad irónica o de bucolismo desengañado.
9. “ Hey brother!”: Más funk, más énfasis en el ritmo y más diversión. Conviene decir que no es una constante enteramente retro, se incluyen también bases electrónicas o “scratching” como guarnición. De unos elementos sencillos se obtiene, en este caso, un resultado coherentemente sencillo pero lúdico. En alguna ocasión le oí decir a Xoel, si la memoria no me es infiel, que llegó a la música negra a través de The Who. No es rara, entonces, esta mezcla de pop clásico y espíritu soul/funk.
10. “Song for Ana”: Las estrofas son de agradable clasicismo pop, de entonación contenida y dulce. El contraste viene en el momento del estribillo, cuando Xoel se desata con las inflexiones vocales más vehementes de toda la obra. Fogosa y encantadora al mismo tiempo, probablemente sea la canción que más emociones guarda dentro de sí. Inferimos por la letra que Xoel escribe una canción de amor a la tal Ana, ya que si nos quedamos con la impresión sonora del estribillo más bien diríamos que refleja un momento transitorio de furibundo enfado. Curiosa e interesante.
11. “This could be the last one”: Pop británico muy cerca de ser químicamente puro, de correcta melodía y melancólicos afanes. Resulta una canción sencilla pero meritoria y bonita. Apela al sector melancólico que hemos podido escuchar aquí y allá durante toda la obra. Quizá no destaque, pero tampoco desentona.
12. “Caetano Veloso”: Reconozco que el final de disco es realmente sorprendente, aunque solamente sea por traer a colación un nuevo palo musical y además hacerlo de forma natural, sin extrañamiento. Ya se puede deducir del título que se trata de una bossa nova a modo de homenaje al legendario Caetano Veloso, músico al que Xoel profesa una gran admiración. Están muy bien representadas las virtudes de la bossa nova, no hay más que escuchar su cadencia suave, agradable, acariciante. En general puede entenderse como un guiño al movimiento Tropicalia (por la mención a Os Mutantes, colaboradores a veces de Caetano) y quién sabe si como un antecedente de las futuras influencias del cono sur en Xoel. Buen cierre. Ah, y en portugués; como debe ser.
RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES.“If Things Were To Go Wrong” es un disco que se mueve a base ademanes pop y, aunque ya hablábamos de lo importante de las querencias británicas, no es ajeno a cierta ancestral tradición española; algunas cosillas suenan a Los Brincos ubicados en el siglo XXI (léase como un elogio). Tiene, además, la virtud de conseguir aquello que pretende: es divertido cuando se pone funk y bailongo, y tierno y melancólico en los momentos relajados.
Tiene, por otra parte, un contexto musical interesante, donde el indie español está a punto emerger como una fuerza poderosa en ámbitos más generalistas. En estos años dan sus primeros pasos también Lori Meyers, Sidonie, Love of Lesbian, Second… Fenómeno que siempre fue de mi gusto, por los jugosos discos que vendrán y porque no me suele gustar el talante insular y elitista de cualquier escena musical.
Existe una edición especial del disco que trae como bonus tracks las canciones del EP “Que No” (2004) y que entre otras interesantes inclusiones trae una versión del “Baba O’Riley” de The Who tocada en directo. Fue una época bastante fecunda y coronada todavía con dos EPs más: “Danke Schöen” y “We Create, We Destroy” que muestran la ductilidad estilística de Xoel mientras va mostrando otras facetas musicales.
El siguiente largo, “Los Jóvenes Mueren Antes De Tiempo” (2005) será el primero cantado íntegramente en castellano y un refuerzo al estatus justamente conseguido ya con su anterior álbum. Viendo sus obras posteriores, “Fin De Un Viaje Infinito” (2007) y “Reconstrucción” (2008), acaso podemos ver que quizá se va “deselectrizando” para ceder paso a un espíritu más marcadamente pop en primer término y más cercano al cantautor en última instancia. Cosa muy en concordancia con su carrera ya con el nombre de Xoel, añadiendo además la notable influencia de la música sudamericana para dar lugar a un estilo cálido y personal. Tres discos lleva ya en esta “segunda etapa” de su carrera musical: “Atlántico” (2012), “Paramales” (2015) y “Sueños y Pan” (2017). Como vemos Xoel sigue manteniendo una carrera activa y vigente, merecedora de atención.
Respecto a “If Things Were To Go Wrong” solo me queda ponderarlo una vez más como una pieza de exquisita imaginería pop y recomendarlo a aquellos que todavía no se hayan animado a adentrarse en estos pagos melódicos. Seguramente no se decepcionen.