Demasiada democracia acabará con la democracia. El mes pasado, en The Atlantic. Esto no va (sólo) de votar. Las dos alternativas son malas, pero es preferible un gobierno no votado pero que respete a las minorías y los derechos individuales, a un gobierno en el que la gente vote y las minorías y la oposición sean perseguidas. El problema, hay que leer a Kaplan, es que en el primer caso no se generan ciudadanos, sino súbditos. Y así no vamos a ningún sitio.