El nombre del libro está sacado del último de los relatos, Demasiada Felicidad, basado en la historia real de Sophia Kovalevsky, una matemática rusa que peregrinó media Europa del XIX buscando una Universidad en la que enseñar. Un tema muy interesante, aunque es el relato que menos me ha gustado.
En cualquier caso, me alegro de haberla descubierto a tiempo, y de que, tras haber anunciado que se retiraba, haya vuelto a escribir.