Demasiada felicidad, de alice munro

Publicado el 20 agosto 2013 por Jimalegrias
 
 A veces suceden cosas así. Pequeños milagros que no se aguardaban en el camino- pero por alguna extraña razón están ahí y llegan hasta ti- y que te llenan por unos eternos momentos de insospechados brillos y centelleos."Demasiada felicidad", de la escritora canadiense Alice Munro, es cómo introducir en una coctelera los mejores ingredientes que puedas tener a mano(3/4 del talento de John Cheever, 1/2 de la lúcida oscuridad de Patricia Highsmith, medio vaso del sur de Flannery O´Connor, tres rodajas de la precisión quirúrgico-literaria de Mr. Raymond Carver...) agitándolos con energía para poder degustar el sabroso cóctel en una tórrida noche de verano mientras contemplas las grietas de luz que la tormenta eléctrica de agosto va perfilando en las sombras.
Así es que desde que se abre este  libro de relatos hasta que se cierra todo es sorprendente, inquietante y maravilloso, y la magia actúa, y todo chispea a nuestro alrededor de pura conmoción y de feliz sorpresa.No voy a desvelar aquí lo que le sucede a esa anciana con cáncer cuando alguien entra en su casa una tarde en el cuento Radicales Libres,  o sobre qué ejes pivota el perverso universo que se extiende ante nosotros en el relato maestro titulado Juego de niños... No. No pienso adelantar nada. El que tenga curiosidad, que coja carrerilla, venza sus temores y lea.
Lo que sí voy a avanzar es que hay dos palabras que definen muy bien cada uno de los relatos de esta escritora de 80 años llamada Alice Munro, y las palabras son lo perturbador. Sus narraciones son perturbadoramente hermosas, pues sugieren aquello que no puede ser visto, lo que acecha en el interior de todo lo que existe, los espacios íntimos que rellenamos con cierta crueldad contenida. Cuando lo invisible, pues, pesa.
No sé quién dijo que se podía vivir una aventura fascinante en cualquier sitio, y la verdad es que es totalmente innegable. En el interior de "Demasiada felicidad" nos aguardan diez aventuras fascinantes, que la canadiense arma con un estilo directo y preciso, aportándonos en unas pocas líneas todo sobre las motivaciones y sentimientos más profundos de los personajes que maneja con una habilidad narrativa(ritmo, armonía y melodía coordinados con metrónomo) pasmosa y fuera de lo común.El clima psicológico tenebroso e inquieto me remite a la mencionada maestra Patricia Highsmith, mientras que en esa atmósfera que bosqueja entremezclando lo cotidiano y lo extraordinario resuenan ecos de Richard Ford y Carver.
Para finalizar, mencionar solamente que esta es Literatura de la de verdad(aunque suene pomposo), de la que asombra por su profundidad de campo y por todo eso que siempre nos redescubre, evoca y sugiere; libros que contienen esos recursos y elementos que solamente están al alcance de los mejores narradores y de los lectores más exigentes.
Post Scriptum: y sí, hay un cráter en la luna que se llama Kovalevskaya. Después de leer "Demasiada felicidad" tendréis la certeza del por qué esa gran mujer se lo merecía.
Saludos de Jim.