Demasiada tecnologia nos vuelve estupidos

Por Flordelotoavon

La inmediatez ha colonizado nuestras vidas. Gracias a las nuevas tecnologías de la comunicación todo puede ser ahora. Por culpa de ellas todo debe ser ahora. Y eso nos hace vivir con prisa, hambrientos de recibir información, ansiosos por compartirla, sea lo que sea. La inmediatez no distingue entre las famosas e inquietantes selfies o la ya maltrecha información. Todo tiene que ser ya, porque si no es ya parece caduco.


Tanto es así que nuestra opinión se ha convertido también en inmediata y nos permitimos el lujo de lanzarla al mundo sin plantearnos si es superficial, si hay algún argumento sólido que la sustente. La dictadura del ahora hace que filtremos miles de estímulos en poco tiempo y que los reproduzcamos sin habernos tomado el tiempo necesario para procesar su contenido. Escupimos nuestra opinión al mundo virtual sin pararnos a pensar, y es que las redes sociales nos han afectado hasta tal punto de producirnos incontinencia verbal. No le dedicamos el tiempo necesario a reflexionar sobre el contenido de vídeos y noticias, tiempo a buscar antecedentes, tiempo a contextualizar, tiempo a revisar la fuente. Aparece en nuestra pantalla y, muchas veces sin acabar de verlo o leerlo, lo compartimos o lo comentamos tomando unas cañas con los amigos.
Tanto es así que ya ni siquiera dedicamos tiempo a formar opiniones propias. ¡Criticamos con las opiniones ajenas! Tomamos ideas de otros, frases de otros, convicciones de otros, y las repetimos como máquinas programadas. Inmediatez: tenemos que decir algo y tenemos que decirlo ahora. Tomamos prestadas opiniones como se pide prestado un bolígrafo – y todos sabemos que no escribimos igual cuando utilizamos el nuestro o el de otro-.
Esta inmediatez nos lleva a la pereza. Nuestra mente vaguea, ya no quiere bajar a las profundidades, prefiere flotar y saltar entre mensajes de ciento cuarenta caracteres, entretenerse con imágenes sin plantearse que también tienen autor e intención. Y no nos planteamos que una de las grandes flaquezas sociales es no tener opinión propia. Invierte tiempo en cultivar tu mente porque la distancia de la inmediatez a la estupidez es prácticamente imperceptible.
Fuente: tomado de Martha Ramón Mappmakers