Demasiado nervioso para dormir

Por Celia Garabaya @britishbubbles

¿Alguna vez te ha pasado, que tu bebé está de los nervios y le es imposible coger el sueño? Esto ocurre incluso cuando el bebé está muerto de cansancio. Hoy vamos a tratar de entender este problema. Y además ver algunos métodos que podemos seguir para conseguir que el niño se vaya relajando poco a poco, hasta que pueda conciliar el sueño. Son muchos los motivos por los que los bebés y los niños se ponen nerviosos, además, cada niño asimila ese nerviosismo de una forma diferente. Analicemos la situación y veremos que es lo mejor que podemos hacer.

Niños nerviosos.

Los nervios son un estado de ánimo muy curioso. Nos suceden en diferentes situaciones. Y cada persona o niño, es susceptible de una forma diferente a sufrir nervios. Al igual que a la hora de gestionarlos. No todos somos capaces de conseguir relajarnos y calmarnos de la misma manera. Aunque si que existen una serie de métodos que todo el mundo nos recomendará para conseguir relajarnos.

Los nervios es una situación normal que sufrimos, por una sobrecarga en el cerebro. Un exceso de funcionamiento. Esto puede deberse por muchas causas totalmente diferentes. Así como por alguna situación que nos produzca miedo. Con lo que nuestro cerebro no parará de funcionar y nos veremos sumidos ante una situación difícilmente controlable. O por que tenemos mucha tensión acumulada, muchas cosas por hacer… Aunque en los niños, la más generalizada y de la que más vamos a hablar en el artículo de hoy. Son los nervios provocados por una situación de diversión que no se da todos los días.

Cada unos somos diferentes al resto. Y durante la infancia, es la época que vamos marcando nuestro carácter, personalidad e incluso, la forma que tenemos para reaccionar ante las diferentes situaciones que nos vamos a ir encontrando en la vida.

Hay diferentes tipos de niños según como actúan ante una situación de nervios, entre los que podemos destacar:

  • Expresivos: El estar nervioso, no implica tener el “baile de san vito”. Aunque es la forma más evidente de reconocerlo. Hay niños que lo expresan con temblores, sin poder parar.
  • Lo interiorizan: Por otro lado, tenemos niños que se lo quedan todo dentro. Y parece que están normales, salvo algún detalle. Que los padres con el tiempo aprenden a identificar. Suele ser peor. Ya que al interiorizarlo, los nervios se apoderan del estomago y del intestino. Provocando molestias a corto y largo plazo.

Los nervios y el sueño.

Todos necesitamos dormir. Es imprescindible y tiene una serie de efectos en nosotros a parte del descansar. El problema surge cuando estamos muy nerviosos. Con lo que conciliar el sueño será muy complicado. Todos sabemos y somos conscientes que el sueño es totalmente incompatible con los nervios. Ya que cuando el niño está nervioso, su cerebro está trabajando a tope. Y dando vueltas, lo que hace que permanezcamos despiertos. A pesar de estar muy cansados. Pero, no se queda ahí. Además, cuanto más nos cuesta dormir y no podemos. Más nerviosos nos ponemos y más complicado es dormir. Entrando en un bucle que será muy complicado de salir. Y dejando a los niños agotados.

¿Qué puede provocar estos nervios?

Como decíamos antes, hay muchos hechos que pueden provocar los nervios en los niños. Aunque ahora vamos a hablar de uno muy particular y que se da cada cierto tiempo. Por mucho que lo intentemos evitar .

Las grandes emociones, también provocan nervios. Podemos decir que en estos casos, los nervios son buenos. Ya que no es lo mismo que estar nerviosos cuando tenemos miedo. Aunque los niños se encuentran con un gran problema. Aun son inexpertos. Se han tenido que enfrentar a esta situación pocas veces. Y aun no saben como gestionar los nervios, ni las emociones fuertes. Con lo que una vez que empiecen con los nervios, poco podrán hacer para volver atrás.

Un ejemplo, es cuando han ido a ver a los reyes magos por ejemplo, o han tenido una tarde de muchas emociones con juegos, con amiguitos, o algo especial (diferente). Seguramente cuando lleguen a casa, aun estén acelerados. Y les cueste parar y desconectar. Por eso, es muy importante que seamos nosotros, los que les ayudemos a relajarse antes de que le llevemos a acostar a la cama.

Consejos rápidos.

Tenemos muchas formas de conseguir enseñar a nuestros niños a relajarse. Tenemos ejemplos como el yoga. El cual, nos ayuda y nos enseña a controlar nuestro cuerpo y también nuestras emociones. Aunque es algo que debemos practicar con nuestros niños durante un tiempo para que vayan aprendiendo. Hoy nos vamos a centrar más en cosas que podemos hacer en el último momento. Un día que ha llegado muy nervioso a casa. Y el pobre no consigue conciliar el sueño. Veamos unas cuantas cosas que podemos hacer con el niño.

Nuestro objetivo es conseguir que se relaje. Ten en cuenta, que por muy bien que lo hagamos, este proceso de “bajada” tarda un tiempo, no se hace en un minuto. Así es que tómatelo con calma y paciencia. La primera victima de los nervios es tu niño.

  1. Crear un ambiente relajante: El entorno nos afecta y más en estos momentos. Si tenemos estímulos, lo que harán es seguir activando más y más el cerebro. Baja las luces, de hecho, si puedes pon unas velas.
  2. La música es excelente para trasmitir estados de animo. Busca música relajante y ponla a un nivel bajito. Creando así una atmósfera donde se respire paz y tranquilidad.
  3. Recoge los juguetes de la zona. Cuantas menos cosas que le gusten estén a la vista. Más fácil le resultará relajarse. No es momento de jugar, es momento de relajarse.
  4. Si se deja, puedes cubrirle con algo suave y cogerle mientras le acaricias el pelo o la carita suavemente.
  5. Si el niño está muy nervioso y no deja que le mimes. Puedes montar un gran futón en el suelo. Llénalo de cojines y tumbaros los dos en ellos.
  6. Háblale lentamente, contándole cosas relajantes y con una voz suave.
  7. Si tienes un proyector de imágenes para el techo, lo puedes utilizar, mientras le enseñas y le dices lo que estáis viendo. Sino, lo podemos hacer perfectamente con la sombra que dejen las velas.
  8. Ten paciencia y no intentes que se quede parado desde el primer minuto. La eliminación de los nervios lleva su tiempo. Para empezar con el ambiente tranquilo. Podemos prepararle algo caliente. Como un chocolate, una infusión…
  9. Si el niño intenta hablar sobre el día, o lo que le ha producido los nervios. Intenta cambiar de tema, pero siendo sutil. Háblale de algo relacionado, pero que haga que no piense en lo que ha hecho ese día. Sácale tu temas que creas que a tu niño le relajan.
  10. También podemos darle un masaje. Por supuesto, si sabemos hacerlo.