Uno de los nombres que más eco hacen entre los pasillos del mundo de quienes estudiamos literatura (y entre los cuales hay algunos, como un servidor, que aún no terminan de entender qué carajo significa eso de "estudiar" la literatura) es el de Slavoj Zizek, un pensador al que las masas de lectores suelen referirse con muchas mayúsculas, elogios y bocas abiertas. Aunque, tal vez, este eco esconda, en su fondo, un silencio. Dicho en otras palabras, que desconfío de la mucha fama, del mucho renombre, de Zizek. Y ya daré algunas de mis razones. Recuerdo que hace unos meses, mientras leía algunos de sus ensayos, no pude evitar pensar dos cosas: 1) Que se trataba de un autor que tenía buen estilo, 2) que le faltaba orignalidad, peso y, además, actualidad. En pocas palabras, un autor cuyo estilo está muy por encima de las materias que desarrolla; y, cuando logra una observación pertinaz, aguda o interesante, normalmente (osea, casi siempre) se la debe a otro autor, llámese este Foucault, Lacan o quien sea. Ojo, sin embargo, con ese "casi": Zizek no es un mal pensador, ni un autor que no merezca lectores. Pero tampoco creo que sus textos ameriten que tanta gente se haga pajas mientras lo leen, ni que despierte semejantes fanatismos y sectarios. Zizek tiene buenas ideas, claro que sí... pero le sobran demasiados párrafos a sus libros; esto, al punto que solo dos de cada diez dicen realmente algo. Por todos los demás, creo que podríamos decir que, como filósofo, Zizek es un buen crítico de cine. Y punto. Una cosa que siempre he pensado (un poco maliciosamente, tal vez) es que Zizek debe gran parte de su fama a la imagen que ha vendido de sí mismo: el rockstar de la filosofía, el ensayista rebelde, el último marxista de pelo largo, el ensayista que no se baña. No sé lo que dirá el resto, pero supongo que algo de razón no me falta. ¿Por qué, sino, otros autores más sólidos de lineamiento marxista como, por poner un ejemplo, Habermas, no son recibidos con tanta pasarela? ¿Por qué posmodernos mucho más actualizados y firmes, como Vattimo, no son objeto de tantas fantasías parasexuales? Cada cual saque sus conclusiones. En fin, que con todo esto no quiero decir que no haya que leer a Zizek, ni mucho menos. sus textos siguen teniendo muchos puntos de interés, y yo sigo decidido a comprar y leer su Visión de paralelaje, que me dicen es el mejor de los libros que ha escrito. Todo lo que pretendo es declarar respecto a lo que, a mi parecer, es un exceso de reputación mal sustentada para un autor que es bueno, pero nada más que eso. Será que, a mi parecer, muchos harían mejor leyendo libros de Davidson, Rorty, Nagel, Fodor o Hauser que agotando toda la bibliografía de Zizek, como si sus palabras fueran las únicas (y las últimas) que pueden ser dichas.
Uno de los nombres que más eco hacen entre los pasillos del mundo de quienes estudiamos literatura (y entre los cuales hay algunos, como un servidor, que aún no terminan de entender qué carajo significa eso de "estudiar" la literatura) es el de Slavoj Zizek, un pensador al que las masas de lectores suelen referirse con muchas mayúsculas, elogios y bocas abiertas. Aunque, tal vez, este eco esconda, en su fondo, un silencio. Dicho en otras palabras, que desconfío de la mucha fama, del mucho renombre, de Zizek. Y ya daré algunas de mis razones. Recuerdo que hace unos meses, mientras leía algunos de sus ensayos, no pude evitar pensar dos cosas: 1) Que se trataba de un autor que tenía buen estilo, 2) que le faltaba orignalidad, peso y, además, actualidad. En pocas palabras, un autor cuyo estilo está muy por encima de las materias que desarrolla; y, cuando logra una observación pertinaz, aguda o interesante, normalmente (osea, casi siempre) se la debe a otro autor, llámese este Foucault, Lacan o quien sea. Ojo, sin embargo, con ese "casi": Zizek no es un mal pensador, ni un autor que no merezca lectores. Pero tampoco creo que sus textos ameriten que tanta gente se haga pajas mientras lo leen, ni que despierte semejantes fanatismos y sectarios. Zizek tiene buenas ideas, claro que sí... pero le sobran demasiados párrafos a sus libros; esto, al punto que solo dos de cada diez dicen realmente algo. Por todos los demás, creo que podríamos decir que, como filósofo, Zizek es un buen crítico de cine. Y punto. Una cosa que siempre he pensado (un poco maliciosamente, tal vez) es que Zizek debe gran parte de su fama a la imagen que ha vendido de sí mismo: el rockstar de la filosofía, el ensayista rebelde, el último marxista de pelo largo, el ensayista que no se baña. No sé lo que dirá el resto, pero supongo que algo de razón no me falta. ¿Por qué, sino, otros autores más sólidos de lineamiento marxista como, por poner un ejemplo, Habermas, no son recibidos con tanta pasarela? ¿Por qué posmodernos mucho más actualizados y firmes, como Vattimo, no son objeto de tantas fantasías parasexuales? Cada cual saque sus conclusiones. En fin, que con todo esto no quiero decir que no haya que leer a Zizek, ni mucho menos. sus textos siguen teniendo muchos puntos de interés, y yo sigo decidido a comprar y leer su Visión de paralelaje, que me dicen es el mejor de los libros que ha escrito. Todo lo que pretendo es declarar respecto a lo que, a mi parecer, es un exceso de reputación mal sustentada para un autor que es bueno, pero nada más que eso. Será que, a mi parecer, muchos harían mejor leyendo libros de Davidson, Rorty, Nagel, Fodor o Hauser que agotando toda la bibliografía de Zizek, como si sus palabras fueran las únicas (y las últimas) que pueden ser dichas.