El juicio político a Rousseff se produjo a partir de acusaciones de que había manipulado las cuentas del gobierno para ocultar un déficit presupuestario.
Desde su suspensión a principios de año, ella se ha declarado inocente, acusando a sus oponentes políticos de lanzar este procedimiento para protegerse frente a procesos judiciales en su contra, y también con el fin de desarticular las políticas progresistas de los últimos años.
La organización brasileña Transparencia Brasil dice que el 60% de los legisladores brasileños está bajo investigaciones judiciales o ya tiene condenas por delitos que van desde la corrupción hasta el fraude electoral.
La oposición necesita 54 votos, o dos tercios de los 81 escaños del Senado, para hacer efectiva la condena de Rousseff por violación a las leyes de presupuesto.
Su destitución marcaría el fin de un período de 13 años de gobiernos de izquierda en Brasil, con el Partido de los Trabajadores, y dejaría al presidente interino, Michel Temer, en el poder por los dos años restantes del mandato de Rousseff.
Temer casi no tiene apoyo popular y también está siendo investigado por la justicia, acusado de recibir contribuciones ilegales en su campaña, vinculadas a la petrolera estatal Petrobras.
Fuente: http://www.democracynow.org/es/2016/8/29/complete_reversal_of_democracy_glenn_greenwald