Revista Opinión

Democracia: Es que no hay otra – ¡democracia o muerte!

Publicado el 27 noviembre 2014 por Liberal

Es un gran honor dirigirme a mis lectores siempre – porque es un honor para mí que todavía existan personas que me aguanten, que sean compañeros mios y que siempre estén preparados para ayudar en lo que puedan. A esos, a los combatientes que he tenido aquí siempre, os lo agradezco. Juntos podemos hacer muchas cosas y lo seguiremos haciendo hasta que consolidemos una gran fuerza liberal en este país. Algunos me pidieron que profundizara más sobre mi última entrada sobre la democracia y así lo haré. Porque yo no sirvo a ningún empresario, ningún interés poderoso y financiero, a ningún lobby. Mis únicos jefes sois vosotros los compañeros. Esta semana, he estado con jóvenes asiáticos – japoneses y coreanos. Me invitaron a un restaurante japonés de “alto standing” en Madrid y por supuesto, tanto por mi imparable curiosidad de siempre y la amabilidad de mi anfitrión, degusté mucha comida para mí “exótica” pero riquísima. En la mesa, hablamos sobre el gran liberal japonés Ozaki Yuko. ¡Un héroe! ¡Un gran personaje japonés tan diferente a lo que hoy pasa por liberalismo en mi triste país llamado, aún, España! Ozaki Yukio pudo vivir para ver el establecimiento sólido de la democracia en Japón. Y el Japón moderno es una demostración increíble de los beneficios que pueden traer la democracia y un capitalismo, sí, un capitalismo REGULADO y ordenado. La estabilidad japonesa, su prosperidad y su progreso son ejemplos no solamente para países en vías de desarrollo que quieren gozar de más libertades, pero también para el resto del mundo desarrollado. Los japoneses entienden muy bien que el éxito económico y político no pueden darse por sentados: hay que luchar para conseguirlo.

¿Y cuales son las características de una democracia?

Cada país tiene que estar preparado para adaptar las instituciones a su manera, dentro de su cultura y tradición. Pero sea cual sea la cultura, existen tres condiciones generales. Primero, el gobierno debe ser fruto del consentimiento de una mayoría, expresándose en elecciones libres y habituales dentro de un periodo específico y conocido por todos. Hay que recordar también que en una democracia real, siempre tiene que haber cierta oposición organizada (si bien es verdad que los límites a la oposición es un tema muy amplio para el debate). No toda oposición vale, ni toda debe ser permitida. En segund lugar, la libertad exige un sistema jurídico IGUAL para todos – ricos y pobres, de cualquier raza o condición sexual. Debe sostener los derechos plasmados en algún texto constitucional, y debe mantener cierto marco para que puedan operar las empresas libremente, pero ordenadamente también. Algunos hablan de la independencia de la justicia como condición necesaria para la democracia, pero yo creo que es más importante hablar de el compromiso con la democracia que tengan. En tercer lugar, una economía liberal respeta la propiedad privada hasta cierto punto para permitir el comercio, pero en absoluto elimina los controles públicos sobre las actividades.

Pero algunos dicen que para tener una democracia, es absolutamente imprescindible contar con una economía poco regulada. No, no es necesario tener una economía “libre” para tener una democracia, aunque ha habido mucho debate entre liberales sobre este aspecto. La Dama de Hierro, por ejemplo, opinaba que sin “comercio libre” no había democracia. Yo, sin embargo, discrepo. Pero sí pienso que una economía de mercado, eso sí, repito, REGULADA, es democrática y puede en circunstancias aumentar el poder del pueblo. Pero una economia libre no es una condición suficiente para la democracia política. En la URSS, por ejemplo, surgió primero la democracia política y luego, la democracia económica (aunque se desmadró terriblemente).

Todo esto que comento parece muy obvio hoy, pero la historia del mundo debe eliminar cualquier tendencia al estancamiento y a dar las cosas por sentadas. Hace muy poco tiempo, la gente ya daba por sentado que su nivel de vida iba a aumentar, sus derechos y su calidad de vida. Pero ahora estamos dando marcha atrás a lo que éramos. Durante siglos, en Occidente y durante muchos más siglos también en Oriente, la idea de “progreso” ni siquiera se contemplaba. ¡Era impensable!

Sí, claro – ya sé que durante siglos se han producido grandes obras artísticas, música, literatura y ciencias. Pero ¡únicamente la civilización que puso la ciencia, la tecnología y el comercio por encima de todo fueron las que más ayudaron al progreso para el beneficio de todos los pueblos! Principalmente, por supuesto, fueron los pueblos protestantes, entregados a la razón, la lógica y el progreso del ser humano – o sea, su libertad. Algunos (y no pienso dar nombres para que nadie se sienta demasiado aludido) hablan de “no estar siempre centrado en el crecimiento económico”. ¡Bazofia! A esos les digo esto: únicamente el crecimiento económico sostenible es lo que nos permitirá mejorar nuestras vidas. El secreto de nuestro éxito solo podrá resumirse en una palabra: libre comercio, ORDENADO y con un sentido de justicia social.

Hoy, desafortunadamente, el progreso político y la libertad no están avanzando en todo el mundo. Por eso, para nosotros el sentido debe ser claro, la orientación – no hay otra que luchar activamente por tener más y mejor democracia.

Los acontecimientos en Iran, Siria y Rusia este pasado verano nos han recordado que no todo va bien en la geopolítica. Decir que la democracia será inevitable en todas partes es llevarnos al engaño. Sí, es verdad que otras doctrinas como el comunismo han muerto, pero eso no significa que antes tuviera toda la razón. Sin embargo, durante décadas gobernaron.

No fue la población soviética esclavizada bajo Stalin las que nos tenían convencidos que la democracia occidental era mejor. Los propios soviéticos lo sabían. En última instancia, sus dirigente se dieron cuenta que la capacidad militar occidental nunca pudo ser aplastada y que la voluntad democrática de nuestros pueblos nunca pudo ser destruida.

Pero las cosas ahora no van bien en muchos países occidentales y necesitamos recuperar el espíritu de transición en España. Tenemos que reconstruír nuestro sistema y economía para que sirva realmente al pueblo.

En la Europa del este, en Asia, en África – hay que seguir trabajando también con la juventud de esos pueblos para profundizar en la democracia.

Eso sí, para mantener la libertad pienso que la OTAN debe seguir reforzada. Me opongo a cualquier recorte del gasto militar porque el riesgo a la seguridad es un precio demasiado alto que no estoy dispuesto a asumir.

DEFENDER LAS IDEAS

Hace tiempo, en relación a las constantes provocaciones y manifestaciones de libegalismo rancio en España, alentados desde organismos anti-sociales y anti-democráticos como el Instituto Juan de Mariana o la FAES, dije así: “JAMÁS un pueblo tuvo cosas tan vitales que defender, y convicciones tan profundas por las cuales luchar. Nos debe acompañar la razón más profunda de que las ideas valen mucho más que las armas, por muy sofisticadas o poderosas que éstas sean”.

Nuestro campo de batalla seguirá siendo LAS IDEAS. Tenemos que continuar proclamando el caso práctico y lógico para defender la democracia, el estado social y democrático, con un capitalismo bien regulado que sostenga la prosperidad de nuestro pueblo.

Tenemos que decir, alto y claro, que somos antifascistas. Que nos oponemos a cualquier manifestación de reacción, de personas que pretenden usar su moral personal para regular la vida de los demás y que, en definitiva, en el movimiento liberal no caben fascistas, no caben falangistas ultrareligiosos, extremistas e indeseables intolerantes como el ex-falangista y católico, miembro de Hazteoir – el gallego vigués Javier Prieto, también conocido como “Elentir” y autor de esta página. Se llama Francisco Javier Prieto Ramírez y hace apología del racismo, publicado en Libertad Digital (por supuesto). Que en el mundo liberal español se permitan personajes así en movimientos que se hacen llamar liberal es, realmente, esperpéntico y vomitivo.

Tampoco es aceptable contar con gente como Juan Ramón Rallo – se hace llamar “liberal” y sin embargo frivoliza sobre el hambre infantil y por supuesto, colabora con el falangista vigués “Elentir” (Elmentir sería mas apropiado).

Como ellos, hay muchos en el mundo libegal español a los que debemos nombrar, identificar sus ideas y que sean los propios jóvenes lectores los que decidan qué tienen realmente de “liberal” o “democrático”. Cualquiera con un mínimo de cultura política sabe que no son ni una cosa ni la otra.

Tenemos que dejar esto claro donde quiera – en nuestras facultades, en las universidades, en los canales de la televisión, en reuniones internacionales de liberales, para que el mundo sepa que nuestra conciencia no será silenciada. Hay un antiguo refrán que reza “la primera victima de los totalitarios es la verdad” y la verdad es lo que gentuza como los libegales y otros indeseables siempre han temido más.

Nacionalismo

Debemos defender la democracia sin ir contra el sentimiento natural del pueblo – a menudo, aunque nosotros nos pueda parecer raro como liberales internacionalistas, eso es un sentimiento nacional. Hay gente que asocia el nacionalismo con pulsos antidemocráticos y es totalmente cierto que ha habido demagogos y dictadores de todo tipo que han explotado el prejuicio xenófobo (al igual que explotan muchos otros prejuicios).

Pero en una democracia el orgullo nacional no tiene por qué ser contrario a la libertad. Puede incluso mantenerla. Incluso, el gran avance de los liberales en el siglo XIX fue acompañado por un sentimiento de conciencia nacional al igual que en la URSS los que más lucharon por el liberalismo eran profundamente patrióticos.

Lo cierto es que la mayoría de gente no lucha por algo que le resulta ajeno. Cuanto mas profundo el sentimiento nacional o local, más lucharán.

Por supuesto, esto no descarta nuestro propio internacionalismo. No solo lo defendemos también sino que es necesario para cooperar contra las agresiones ilegales, aliviar la pobreza y el hambre, etc. Lo único que digo es que no debemos ignorar los sentimientos de muchos seres humanos irracionales.

Jóvenes – nunca en mi vida me he sentido tan realmente liberado como ahora. Nunca me he sentido que hay tanto en juego. Y nunca he visto una generación tan comprometida por cambiar las cosas como ahora – porque incluso las actitudes sobre el maltrato animal en España están cambiando para mejor. El otro día, mientras desayunaba en una gran cafetería madrileña comentaron en las notícias que solo el PP (qué “raro”) se oponía a una nueva ley revolucionaria contra el maltrato a los animales. Enseñaron imágenes como las del toro de la vega, entre otras imágenes que realmente me revuelven el estómago ante tanto abuso Y CRUELDAD TAN MEZQUINA contra un animal indefenso que no les ha hecho nada. Pero la gente, jóvenes y no tan jóvenes en la cafeteria comentaban “qué hijos de puta los del PP”. No les faltaba razón. Las cosas TIENEN QUE CAMBIAR en este país para mejor. Ya no es aceptable hostiar a los niños. Ya no es aceptable abusar de animales en el nombre de la “tradición”. Ya no es aceptable insultar a los homosexuales por la calle. Ya no es aceptable imponer dogmas religiosos a los demás. ¡Se tiene que acabar con todo ese tipo de imposiciones y abusos!

Voy a terminar con una cita del poeta inglés Kipling:

“Cuando el mundo duerme y parece que no hay esperanza para despertarse de una pesadilla larga que nos hace gemir, de repente todos los hombres se levantan por el ruido de grilletes rompiéndose, y todo el mundo sonríe a su vecino y le dice “tu alma es tuya!”

¡Gracias por leer!


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