Cuando El Mundo publicó los “whatsapp” enviados por el Presidente del Gobierno al Sr. Bárcenas (el famoso “Luis, sé fuerte”), quien suscribe consideró que debería haber dimitdo D. Mariano, y que tal circunstancia se hubiese dado en la mayoría de los países occidentales, siendo impensable la continuidad del político implicado en Inglaterra o Estados Unidos. El premio gordo se lo llevó el director del diario, que fue destituido tras muchos años al frente del periódico y haberse constituido en un referente de la independencia informativa, y precisamente por ese motivo. En más de una ocasión, el Sr. Iglesias hizo referencia a la frase de D. Mariano cuando el tiempo se encargó de poner de manifiesto como la formación podemita tenía la casa sin barrer. Espiar a los compañeros de partido no está bien, pero es peor institucionalizar el comportamiento. Lo verdaderamente relevante, sin embargo, es la extraordinaria tolerancia que el progresismo militante tiene con sus líderes; los cambios radicales de opinión expresados por D. Pablo, las cuentas del Sr. Monedero, las becas de Errejón, se diluyen con facilidad, o como sucede en este caso, simplemente se ningunean porque los mismos pecados, la misma suerte de errores, merece una calificación diferente según sean responsables los fascistas de la derecha franquista o la “gente del cambio”. Para peor, imagino.