Los procedimientos electorales en algunas instituciones empiezan a oler a chamusquina y a compromisos empresariales. Hoy solo una pequeña muestra.
Un ejemplo: hace pocos días se celebraron elecciones para la presidencia del Colegio de Médicos de Valencia. La nueva presidenta es Rosa Fuster y en su campaña electoral, con el claro objetivo (o eso suponemos) de promover la democracia y la libertad, "prometió a los colegiados que residían fuera de Valencia que se les pagarían 100 euros por desplazarse hasta el colegio para depositar su voto y 30 a los que vivieran en un distrito diferente al de la sede médica".Y no solo eso, al parecer la correduría de seguros Uniteco, asociada a los colegios de médicos, ha corrido con los gastos de la campaña electoral (basada en pichigüilis, como no) de la nueva presidenta. Aunque no debe extrañar a nadie, ya que la campaña del otro candidato estaba subvencionada por la aseguradora AMA. Al final parece que la lucha de las aseguradoras se traslada al campo electoral, como podemos leer en El Economista o en Las Provincias. Una frase del primer enlace que destacamos: "Como se generalice la costumbre, las elecciones en los colegios van a ser una guerra de empresas, siempre en interés de los profesionales, por supuesto".Por cierto, una recomendación para las próximas elecciones colegiales y así no caer en vergonzosos pagos a los votantes: mesas parciales en grandes centros sanitarios y en grandes municipios, voto por correo, o voto por internet (con firma electrónica). Con lo fácil que es y lo difícil que lo hacemos. Aunque seguro que más de un elector prefiere los 100 euros...Nota final: han sido 2465 votos presenciales a 65 euros (media realizada utilizando el estadístico "a ojo", pero media al fin y al cabo), esto hace un un gasto total de 160.225 euros. No está nada mal...Y sin saber el motivo, nos viene a la cabeza este famoso tango de Enrique Santos Discépolo, llamado "Cambalache".