En el Tokio actual, y bajo la guía del Gran Sacerdote, Gennichiro se esfuerza por dominar una técnica secreta llamada nenpo. Celoso de su compañero, Levih Lah pacta con las fuerzas de la oscuridad y reta a su rival a un duelo a muerte, que acaba finalmente con la vida de Gennichiro. Este combate tiene lugar en el popular barrio de Tokyo conocido como Shinjuku, que pasa a convertirse en una zona poseída por las fuerzas demoníacas. A cambio del poder concedido a Levih Lah, dentro de diez años debe abrir un portal dimensional para que las fuerzas infernales regresen y dominen de nuevo a la Tierra.
El director Yoshiaki Kawajiri ha dedicado gran parte de su carrera en la animación a adaptar varias de las novelas del escritor Hideyuki Kikuchi. De hecho, tras adaptar la novela “Wicked City” en 1987, el director trabajaría junto al guionista Kaori Okamura en la adaptación de la novela “Demon City Shinjuku” que le da vida la cinta que hoy nos ocupa. El film relata como el poderoso psíquico Levih Rah, quien se encuentra en las ruinas del barrio Shinjuku ubicado en Tokio, intenta abrir un portal al infierno, el cual una vez abierto, permitirá que los demonios dominen por completo el mundo. A días de concretar su objetivo, las esperanzas recaerán en Kyoya Izayoi, el hijo adolescente del fallecido guerrero Gennichiro, quien pese a no dominar por completo el poder del nenpo, tendrá que enfrentarse a una serie de demonios en su camino al combate final con Levih Rah.
Si bien la premisa del film resulta interesante, la manera en como es relatada la historia presenta algunas falencias. La cinta comienza con el duelo entre Levih Lah y Gennichiro sin ningún tipo de explicación previa. Solo vemos como dos hombres con poderes sobrenaturales mantienen una batalla con tintes apocalípticos, pero no sabemos que es lo que se encuentra en juego. Por momentos, la historia avanza de manera brusca, dejando al espectador en la más completa oscuridad (nunca se llega a entender del todo la razón tras el secuestro del presidente de la federación mundial). Luego de alrededor de diez minutos de avanzado el metraje, se nos dará una explicación de lo que sucede en esta suerte de mundo apocalíptico, en la escena donde el antiguo maestro de Gennichiro recluta al protagonista para enfrentarse a las fuerzas del mal y terminar la tarea que inició su padre. Afortunadamente, la historia es bastante simple y es relatada de manera lineal, por lo que para el espectador no le resultará demasiado difícil seguirla. Además, una vez iniciada la acción la cinta corre a un ritmo frenético, lo que en parte ayuda a olvidar algunas de las licencias narrativas que se toma el director.
Para completar su misión, Kyoya Izayoi contará con la ayuda de Sayaka Rama, la hermosa hija del presidente, quien en más de una manera influye en el cambio de actitud del arrogante protagonista. Básicamente, él es el típico adolescente, que está más preocupado de conquistar hermosas mujeres que de cumplir sus responsabilidades, al punto que la única razón por la que acepta la peligrosa misión que le es encomendada, es debido a la atracción que siente por Sayaka. En ese sentido, el director se preocupa de presentar un protagonista que va madurando conforme transcurre la cinta. Pese a su crecimiento personal, Kyoya Izayoi no un héroe típico ya que presenta algunas debilidades con las que le cuesta lidiar. Por ejemplo, en la escena donde él y Sayaka se hospedan en una suerte de hotel, se ve obligado a dormir en el piso para así evitar ser consumido por pensamientos sexuales, los cuales reconoce abiertamente. Que el protagonista escape al estereotipo de los héroes de las cintas animadas, para presentarse como un personaje lleno de matices, ayuda a que los personajes se tornen un poco más creíbles, pese a estar inmersos en un mundo completamente fantástico.
Además de presentar algunos diálogos subidos de tono, la cinta es en general bastante violenta. Algunos personajes son salvajemente mutilados, e incluso un gato es asesinado de manera brutal por un demonio que se esconde entre las sombras del escalofriante barrio Shinjuku. La violencia suele ser un elemento fundamental en las películas de Kawajiri, y en cierta forma es parte del encanto de la obra del director. Otro elemento que suele estar presente en los films de Kawajiri es el sexo, y esta cinta al igual que la película más conocida del director, “Ninja Scroll” (1993), presenta un par de escenas con una fuerte carga erótica. De la misma forma, corresponde mencionar que al igual que gran parte de la filmografía del director, “Demon City” mezcla elementos de la ciencia ficción, del horror, y del cine de acción. El film presenta una atmósfera bastante onírica, por lo que por momentos parece que estuviéramos presenciando una vívida pesadilla.
Por otra parte, las escenas de lucha de la película si bien no son muchas, en su gran mayoría están bien orquestadas y resultan entretenidas, en especial aquella en la que el protagonista se enfrenta a un enorme demonio con forma de araña en una estación de metro. Lamentablemente, la batalla final entre Kyoya Izayoi y Levih Rah es bastante anticlimática, lo que sin duda resulta ser una verdadera desilución. Por otra parte, la animación es algo irregular. Por momentos es sumamente fluida, mientras que en otras ocasiones el director opta por simplificar bastante la animación de algunas escenas. El diseño de personajes si bien es simple, resulta ser bastante correcto, destacándose el diseño de los demonios que dominan el apocalíptico barrio Shinjuku. La banda sonora por su parte, contiene una serie de tonadas bastante acordes a la época en la que fue compuesta, por lo que pese a cumplir su función será olvidada por completo una vez visto el film.
“Demon City” no es precisamente la mejor cinta de Yoshiaki Kawajiri, lo que no significa que sea una mala película. Más allá de algunos agujeros en el guión, la falta de originalidad de la historia, y el hecho de que la historia romántica entre Kyoya Izayoi y Sayaka Rama se ve un poco forzada por lo que bien podría haber sido omitida, se trata de una cinta entretenida, sumamente atmosférica, que contiene un par de buenas escenas de acción, además de un par personajes interesantes, como lo es el misterioso Mephisto, quien aparentemente está del lado de nuestro protagonista. En definitiva, “Demon City” es una cinta con la que uno puede pasar un buen rato, y que probablemente se podría haber convertido en un clásico si se hubiesen solucionado algunos de los problemas del guión, y se hubiesen integrado un par más de escenas de acción, las cuales suelen abundar en la siempre interesante obra de Yoshiaki Kawajiri.
por Fantomas.