“Todo lo que es tiene el ser en sí o por otro. Ahora bien, algo es. Por tanto, lo que es tiene el ser en sí o por otro. Se prueba la mayor: ser en sí y no ser en sí son contradictorias, luego lo que es, si no es en sí, es por otro. La menor se desprende de nuestra experiencia: no todo lo que es tiene el ser por otro, o procederíamos al infinito; por consiguiente, se fundamenta en lo que tiene el ser en sí, por el que todo lo demás es.
Puébase también de este modo que es necesario conceder el ente en sí. Tomemos la totalidad de procesos al infinito. Pregunto si todas estas entidades son causadas por otro, o no todas; si lo primero, pregunto por qué son causadas y pregunto asimismo si asignamos dicha causa al número de todas las causas y su proceso al infinito, o no. Si no, se sigue que no se entendió en primer lugar la universalidad de causas, lo que va contra la suposición; si sí, se sigue que tal causa será causa de sí misma y será antes de sí misma”.
Casimiro de Toulouse
Es el mismo argumento que Gazzerro emplea aquí décadas más tarde.