Dentro de lo rutinario.
El ruido de los autobuses, vendedores ambulantes, personas asaltando a foráneos, clase baja, jefes, empleados, personas estudiando, personas molestando, jóvenes ayudando a los de la 3ra edad a cruzar las calles, niños llendo por el mandado, el que se durmió y llegó tarde al trabajo, el embotellamiento, clase alta, el jefe prepotente y altanero, el humilde que ayuda y el noble sinedo causa, el que crea un buen campo laboral, los que viajan, los que no trabajan, los que duermen, clase media, la tv prendida, las madres cocinando y otras con sus nenes en brazos, el que menta la madre en su vehículo, mientras los pensadores se deleitan con la vida y los escritores se llenas el alma de literatura.
Y dentro del pánico fuera de los rutinario un desastre natural sismo de 7.1 en la CDMX es como si los segundos se alargaran a este interminable desastre, como si el tiempo actuará a su favor y en contra de la humanidad, gritos, gritos y llantos, preocupaciones, personas en shock, todos se olvidan de todo, señales caídas, torretas de ambulancias, intentos fallidos de comunicación telefónica, marina en acción, sedena en acción, policías en acción, civiles en acción, el pueblo se unifica y solidariza, olvidan sus clases de vidas, ignoran su mal humor, ¡LOS HUMANOS SE VUELVEN HUMANOS!, La manos cobran fuerzas de grúas, los enemigos se escuchan, la Fe en Dios se realza.
Y así, el PUEBLO se va limpiando del polvo y se pone de pie, porque ¡SOMOS MEXICANOS!
Quizá pensaras que se necesita vivir con desastres naturas para así la humanidad se mantenga unida o tal vez necesitas de fuertes golpes en la vida que taladren los sentidos.
Pero yo no estuve ahí, me encontraba lejos en altamar, navegando ausente de la vida en sociedad.