Diputación Foral de Bizkaia: hágase cargo de la ganadería ilegal en Trapagaran
Creada por: Ruben, Bilbao
El pasado día 23 de noviembre, en el municipio de Trapagaran, Bizkaia, moría una yegua en las peores condiciones, en plena vía pública sin que nadie hiciera nada por ella. Al lado de ella se encontraba su potrillo.
El animal pasó más de siete horas agonizando con las patas traseras atadas con una cuerda, provocando esto un sufrimiento aún mayor. Estaba a pocos metros de la estación del tren de cercanías. La yegua vivía allí de continuo, a la intemperie, incumpliendo la ley de protección animal y la normativa equina. Hacía tiempo que ya presentaba un mal estado, pero ni el dueño ni nadie hizo nada por ella.
El dueño posee una ganadería, sin los permisos correspondientes, en una vieja casona semiderruida en el mismo municipio. Allí tiene más animales, aparte del potrillo de la yegua fallecida.
El veterinario de la Diputación, que fue avisado por la policía local, llego cuando la yegua ya había muerto. Lo más grave, además de los hechos en sí, fue también la respuesta de este, que ante semejante panorama se atrevió a reprochar a las personas que estaban allí, que se compadecieran del pobre animal, que empatizaran más con el animal que con el dueño. Llegó sin lector y no se preocupó ni ocupó de la situación en la que se encontraban el resto de animales encerrados en esa casona rodeada de excrementos y chatarra, con el tejado semiderruido y las ventanas prácticamente tapiadas. También afirmó que, "total esos animales iban a morir", y excusó el comportamiento del dueño por su situación personal.
Tras la denuncia, este mismo veterinario realizó la inspección y constató el lamentable estado en el que está la explotación. Según su informe, el resto de animales que aún permanecen allí encerrados están “bien", pero esta afirmación resulta inquietante, al tener en cuenta que este funcionario de Diputación ya ha demostrado mucha empatía con el verdugo y ninguna con las víctimas. Los animales siguen allí encerrados y desde Diputación dicen que se pondrán en contacto con el dueño después de pasadas las fiestas de Navidad. Estos animales no tienen por qué esperar para que se solucione su terrible situación. El cumplimiento de las leyes no debe estar sujeto a la buena voluntad, o a que le “venga bien” a sus incumplidores, ni las instituciones públicas deben ser consentidoras de esto. Las instituciones públicas, que pagamos todas y todos, deben hacer su trabajo, ser eficientes y responsables con sus obligaciones. Resulta sorprendente que esta ganadería, sin los permisos correspondientes, haya estado tantos años allí y nadie se haya molestado en realizar las inspecciones correspondientes.
Solicitamos, asimismo, que el potrillo sea decomisado y donado a un refugio de animales donde pueda vivir para siempre, ya que el propietario no hizo nada por su madre, ni lo que exige la ley, y no portaba siquiera el obligatorio microchip.
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