Depeche Mode - Spirit (2017)

Publicado el 02 junio 2017 por Abacab @DMRblog
ANTECEDENTES E INTRODUCCIÓN.Los que estaban esperando un artículo de revisión de disco del gran Alfredo Morales tendrán que aguantarse hasta el viernes 16 de junio. Debido a un problema logístico, hemos tenido que cambiarnos los turnos en esta ocasión. Claramente un ejemplo de flexibilidad en la actividad de “DMR”; permítannos que nos echemos alguna florecilla, ¿no?
Bueno, al lío. Afronto este cambio de puesto en el turno de publicaciones con ambición, ya que hablo de actualidad y de uno de mis grupos favoritos de todos los tiempos, a la par de una banda referente en la música moderna y clave en la vertiente electrónica. Voy a hablarles de la última entrega de Depeche Mode. El trío de Basildon, que se quedó con Dave Gahan, Martin Gore y Andrew Fletcher desde que en 1995 se fuera el muy querido Alan Wilder, ha facturado hace unos pocos meses su última entrega “Spirit”.
Aprovechando un saldo restante en una tarjeta navideña que nos dan en la empresa a modo de aguinaldo, no dudé en pasarme por los grandes almacenes de la calle Goya hace un par de meses y hacerme con el disco. Le he dado generosas escuchas, incluso una vez me lo escuché 5 veces seguidas en un domingo por la mañana. Creo estar ya en condiciones de hablarles del mismo y emitir mi juicio, que tendrá (¡ojo, talifanes de DM! Que aquí escribe un fan, pero con sentido crítico) sus cosas buenas y sus cosas malas.
Y es que con Depeche hace tiempo que no vivo con entusiasmo un nuevo lanzamiento. Desde la bajona de “Exciter”, el cual esperé con agua de mayo, ningún nuevo disco me ha llegado excesivamente. No obstante, creo que he llegado a entender el rumbo que tiene el trío a día de hoy y desde hace ya unos años.
Depeche Mode no son autocomplacientes. Si quisieran, estoy seguro que tirarían de viejos recursos y nos editarían un disco retro con regusto ochentero o noventero, pero Martin y Dave miran al futuro y a su evolución de gustos que tendrá que ver también con su madurez. “Delta Machine” de 2013 supuso una evolución del grupo al techno-soul. Si 20 años lo que tuvo lugar fue el giro al techno-rock con “Songs Of Faith And Devotion”, con “Delta Machine” la banda apostó por un nuevo giro estilístico que dio lugar a un disco que suena decente y es digno.
Luego está el caso de que te guste o no ese giro o si te emociona o no. Reconozco que “Delta Machine” tiene sus buenos momentos, pero en conjunto no me engancha. Y “Spirit” parte de ahí, con sus distinciones que comentaremos en las reflexiones finales. De momento analicemos sus canciones. 
ANÁLISIS DEL DISCO.1. “Going backwards”: Y la verdad es que no empieza nada mal el disco. “Going backwards” es un buen arranque, como en su día lo fue “In chains”. Una canción con buena fuerza, de fácil recordatorio y arreglos contundentes que nos muestran un halo de esperanza. El desarrollo es largo, pero no se hace pesada, ni mucho menos. Dave bien en las voces y Martin también acertado en los coros. Quizás uno de los mejores capítulos del disco.
2. “Where’s the revolution”: El single que se escogió para anticipo fue “Where’s the revolution”, que particularmente me parece algo peor que la pista de apertura de “Spirit”. Lo interesante es ver cómo DM retoman el compromiso político y social en sus letras, cosa que últimamente no han hecho mucho. El sonido es más farragoso, con una producción menos limpia, pero que si nos ponemos a escucharla con buenos oídos nos puede evocar lejánamente en las partes más calmadas (como el arranque) a un “Clean”. Creo que cumple, pero sin más. Está claro que no va a ser uno de los singles más recordados de DM e incluso está por debajo de ejemplos de discos anteriores como por ejemplo “Wrong” y claramente “Precious”.
3. “The worst crime”: Afrontamos la primera balada. Dave Gahan se hace acreedor de “The worst crime”, que de alguna forma es como las piedrecitas que el grupo ha dejado en el disco para que no nos perdamos desde el punto de partida que fue “Delta Machine”. No está mal del todo. Es un capítulo lento, reflexivo y con Dave en buen ejercicio vocal.
4. “Scum”: Con “Scum” el grupo se marca una frivolidad. Es quizás la pieza más extraña del disco. Tiene potencia y desgarro en su corto y conciso estribillo. Las estrofas tienen unos arreglos saltarines que van en contraste. Una pista nerviosa y curiosa, que llama la atención, para bien o para mal.
5. “You move”: Pasamos a un tema sensual en el que Dave se muestra lujurioso entre unas melodías y sonidos oscuros y con arreglos algo retro (¿algo reminiscentes de un “World in my eyes”?) que pueden dar algo de alegría a los viejos fans. Dave canta al estilo de lo que hizo en “Soothe my soul”, con ese registro rasgado y canalla que a ratos gusta de mostrar.
6. “Cover me”: Quizás la balada que más me gusta del disco de las que se coge Dave es “Cover me”. Es nuevamente una canción de ritmo lento, pero con un tramo final instrumental cuanto menos llamativo. Dave pasa del cierto macarrismo de “You move” a un tono cálido en esta pieza que funciona muy bien a mitad del disco.7. “Eternal”: Llega el primer capítulo de los 2 que Martin tendrá a las voces. “Eternal” es la canción más atormentada del disco. Con una melodía de depresión y un Martin cantando en consonancia. Algo asfixiante, por fortuna dura menos de 2 minutos y queda como un curioso interludio a mitad de obra.
8. “Poison heart”: Medio tiempo curioso “Poison heart”, que también tiene algo de sufrimiento en su melodía, pero lejano del experimentado en la anterior pista. Vuelve Dave para ir retomando el pulso. Esta canción no deja de ser un paso previo a uno de los temas del disco que viene justo a continuación.
9. “So much love”: Me vino a la mente “Behind the wheel” al escuchar la frenética “So much love”, donde Dave se muestra con muchas ganas, escudado en una estructura instrumental de fuerza y músculo. Claramente uno de las canciones más destacables de “Spirit”, que, al igual que sucedía con “Delta Machine”, sube enteros en su tramo final.
10. “Poorman”: Es gracioso cuando comentando en el grupo de colaboradores de radio de “DMR” el disco, Alfredo Morales decía que “Poorman” estaba realizada a base de pedos electrónicos. Y es que esos arreglos que tienen, aparte de suponerme cierta risa por la apreciación de Alfredo, es lo que lacra a “Poorman”, que con unos arreglitos o sonidos distintos ahí, pero con las mismas notas, haría que fuera una de las mejores canciones. Y estamos ante una canción que tiene un ritmo lento, pero que funciona a base de los coros de Martin, bien conjuntados nuevamente con el enfoque de voz principal de David. Con todo, es quizás una de mis favoritas de “Spirit”; lástima de los “pedos” que dice Alfredo.
11. “No more (this is the last time)”: Y seguimos subiendo décimas a la nota con “No more (this is the last time)”. Afrontan DM uno de los temas con mejor factura en la producción en mucho tiempo. Sonido sintético digital limpio para una canción con un buen estribillo y una estructura que va subiendo poco a poco en intensidad y en la que reconocemos a los Depeche Mode que saben darnos en la diana. Claramente otra de mis predilectas de la obra. Bien Dave nuevamente, en su tono más clásico, y bien los coros. Y por cierto, bien Dave en la composición, siendo sin duda el mejor de los temas que aporta a “Spirit”.
12. “Fail”: Para colmo el disco acaba con un lacito que le pone Martin Gore en las voces, ofreciéndonos quizás su mejor canción en la voz desde “Home”. “Fail” es preciosa, sentida, íntima, larga (pero que no se hace como tal). Incluso, en lo instrumental y en los arreglos, en su último minuto hay unas notas que incluso me evocan a los días de “A Broken Frame”. Quizás la gran joya de “Spirit” nos la encontramos aquí, al final del mismo. Terminar con buen sabor de boca sin duda que ayuda mucho a mejorar la percepción y el cuarteto final está muy bien situado.
RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES.Por cierto, del disco de remixes, ya que me compré la edición deluxe, no les voy a comentar. No están mal a ratos, pero tampoco creo que merezca la pena decir mucho más. Pues lo cierto es que “Spirit” no ha tenido mucha repercusión mediática. Más allá de los fans, más o menos talibanes, no ha disfrutado de mucha atención en los medios más masivos y su fuerza se medirá por el éxito de la gira internacional que de momento les trae a un festival en este 2017 por nuestras tierras, pero que supongo que en 2018 les traerá a otras ciudades en individual, como ya sucedió con “Delta Machine”. 
La portada no me gusta. Esas piernas esquemáticas y banderas son un ejemplo de que el grupo no está en la buena onda de hace tiempo. Y es que desde la flor de “Exciter” no ha habido nada bueno en ese sentido (quizás algo mejor la de “Delta Machine”). Y el libreto se acompaña de fotos del bueno de Anton Corbijn, algo chorras algunas (la foto de las barbas postizas no tiene desperdicio), que evidencian que Anton está un poco perdido.
Más allá de los aspectos de imagen y repercusión, voy con mi particular juicio de “Spirit”. Es un disco que aprueba, como ya lo hizo en su día “Delta Machine”. Ahora bien, creo que saca algo más de nota, pero sin llegar a una nota remarcable. Es una cuestión de gustos. Este giro con matices soul no me agrada especialmente, ya que creo que tiene menos gancho en las composiciones. Si bien, “Spirit” no es tan continuista de “Delta Machine” como parece en primeras escuchas. Es un álbum que busca ofrecer un compendio de todos los Depeche Mode y sus distintas etapas, ya que yo aprecio guiños o arreglos que evocan a capítulos de “Violator”, “Songs Of Faith And Devotion”, “A Broken Frame” y “Delta Machine”. Y ahí es donde está su mejoría.
Creo que no es un gran disco de Depeche Mode. En conjunto no alcanza las cotas de los grandes ítems discográficos del grupo, pero sí que nos ofrece un buen puñado de temas con los que disfrutar. Creo que con 9 canciones hubiera funcionado mejor (imagínense un “Violator” con 4 temas de relleno más que no le sumaran nada). Lo que pasa es que ahora está de moda los discos de 12 canciones o más.
En definitiva, “Spirit” no me ha emocionado, pero no me ha disgustado. Me ha permitido reconocer en algunos pasajes a los Depeche Mode que me gustan y demuestra evolución. El grupo es inquieto y eso hay que reconocérselo, guste más o menos lo que entreguen con su puntualidad británica de 4 años entre obra y obra. Veremos cuál será el siguiente paso.