Dependencia

Por Jordanvid

A menudo confundimos con demasiada facilidad el amor o la amistad, con la necesidad o la dependencia de los demás. Cargamos  con nuestras frustraciones y responsabilizamos a otros, lastrando nuestras propias inseguridades, depositando así la carga, única y exclusiva de cada uno de nosotros en los demás, no asumiendo claramente la  autoría del desastre emocional que supone el no cumplimiento de las expectativas que hemos depositado en esta ardua tarea.

Pretendemos, o yo por lo menos a veces, que otros me solucionen los problemas… Vuelta a la incapacidad, no deliberada, de echar mi propia competencia a otros para soltar lastre y huir de mi mismo.

Somos rehenes y actores activos de nuestras propias decisiones.

Engendramos resentimiento y apatía, quebrantando así la confianza que un día brotó, paralizando la entrada de dudas o mentiras que acechaban la entrada de esta construcción, llamada vida.

Vida amorosa, profesional o de cualquier otra índole; nadie escapa de ella sin salir marcado, toda una experiencia que un día nos llega casi sin darnos cuenta y que pone a prueba nuestra más arraigado don, el de la supervivencia emocional.

Perverso empirismo, para protegernos de forma exagerada, de nosotros mismos y preservar así nuestro equilibrio.

A lo largo de Mi Camino de Vida, son varias las ocasiones en las que me he tropezado con esta situación, erre que erre, insisto en el mismo equívoco, dejar de ser yo mismo.

Pero  amig@s, uno sale fortalecido de este sinuoso camino y aprende, que durante estos tropezones, aparecen personas desinteresadas que te acompañan. Se aprende a vivir con menos, se aprende a conocerse a sí mismo, se aprende a querer más, por menos, se aprende que la vida bien merece la pena vivirla.

Haz tu propio refugio y encontrarás refugio, la vida no es lo que es, sino lo que haces con ella


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