Cuando tu felicidad depende demasiado de tu pareja, no es algo de lo que solemos ser conscientes y lleva tiempo desengancharnos, ya que es la misma sensación es la que experimenta un adicto con el consecuente síndrome de abstinencia
La persona dependiente tiene tanto miedo de perder a su pareja que puede desarrollar un comportamiento muy dañino, incluidos los celos excesivos o la sumisión ilimitada, deteriorando la relación en lugar de fortalecerla; llegando a distanciarse de la familia, amigos, aficiones o descuidando el trabajo.
🥀Este trastorno afecta a hombres y mujeres, aunque somos nosotras más propensas a padecerlo, afectando a un 10% de la población.Se caracteriza por una baja autoestima y una búsqueda inconsciente de parejas con personalidades dominantes, posesivas, narcisistas, egocéntricas y desconsideradas que, en algunos casos, pueden llegar incluso al abuso físico y/o psicológico.
Incluso aunque dejemos a esa persona, volveremos una y otra vez hasta que la otra persona da el paso de romper definitivamente.
5 fases de la dependencia emocional:Fase inicial de euforia: Se idealiza tanto a la otra persona como la propia relación creando expectativas que son muy difíciles de cumplir.Subordinación: Las dos partes muestran su mejor versión y todo lo que la otra persona hace o dice nos parece maravilloso. Se desea en contacto constante y es ahí, cuando la persona dependiente empieza a orbitar alrededor de la otra persona siendo o no consciente.Deterioro: La pareja se vuelve difícil de mantener, los defectos cada vez se ven más visibles, la persona dependiente suele ceder por miedo a que la relación finalice, aparece el bucle de sufrimiento y buenos propósitos, celos...Ruptura: La sensación de vacío se hace insoportable y aparecen cuadros de ansiedad o depresión.La idea de reconciliación, ser amigos, buscar continuamente a la persona por redes sociales, whatsapp... para mantener un mínimo de contacto; pensamientos negativos e incluso problemas que afectan al sueño, alimentación, a tu vida cotidiana, hace que sea horrible.Relaciones de transición: Hay personas que a la desesperada intentan encontrar esa mora que quite la otra mancha de mora, para no sentirse sola, porque pensamos que la otra persona ha rehecho su vida y así olvidaremos a la otra parte, pero esto no suele funcionar (hay otras maneras de mantener la mente ocupada).Reinicio del ciclo: Solemos repetir patrones y aunque pensemos que de todo se aprende, que no volveremos a vivir lo mismo... Es posible que de diferente manera, volvamos a lo mismo. Eso si, hay personas que rompen ese ciclo y mantienen relaciones felices, pero en estos caso la ayuda de un psicólogo es la mejor respuesta.Consejos para superar una dependencia emocional:
Como decía al principio, cuando termina la relación, es muy posible sufrir el síndrome de abstinencia que puede durar varios meses el cual puede parecerse al trastorno mental que se experimenta cuando dejamos el alcohol, la cocaína o diferentes tipos de drogas.Incluso sufriendo, existe una necesidad de gran intensidad de contactar con la ex-pareja y al igual que en el post que escribí sobre como superar una ruptura amorosa, es básico cortar todo contacto.Si te sientes débil, borra su número de teléfono (aunque lo sepas de memoria), bloquea su Facebook, Instagram... Borra o guarda sus fotos, cosas que te recuerden a el, y corta contacto con gente de su entorno.Es posible que no hay nada malo en escribir a su hermana, madre, primo... porque había muy buen contacto, pero la realidad es que necesitas tiempo emocional. Durante ese duelo, sentiremos una tristeza enorme, angustia, ganas de llorar (si tienes ganas, llora), sensación de debilidad, mareos, un nudo en el estomago, problemas en el sueño, alimentación... Incluso ataques de pánico, desmotivación... Pero recuerda que el verdadero amor no duele. Una relación de pareja sana es aquella basada en el respeto, el reconocimiento y el amor; y enriquecimiento mutuo basado en estos principios, es imposible amar a los demás y no darles un poco de control, pero es necesario que haya un equilibrio, y es que el amor no es una necesidad, es una opción.