Una adecuada espiritualidad y una actitud positiva
El profesor Florin Dolcos, del Beckman Institute pertenteneciente a la Universidad de Illinois, se hace eco de un dato escalofriante que predice la Organización Mundial de la Salud: que para 2020 la ansiedad y la depresión, que tienden a concurrir, estarán entre las causas más frecuentes de discapacidad en el mundo, sólo tras la enfermedad cardiovascular. Desde el punto de vista de la espiritualidad cristiana es muy interesante tener en cuenta estos datos. Por un lado porque son indicativos del vacío existencial que conduce a este tipo de patologías. Por otro lado porque nos alertan acerca de la actitud espiritual que, como creyentes, hemos de cultivar.«La pereza es la causa más peligrosa del error, precisamente porque para que se dé no hay que hacer nada», Carlos Llano, Etiología del error.Y del mismo modo que no hacer nada es peligroso, también lo es el hecho de centrar nuestro quehacer, meramente, en 'evitar hacer'. Cierto es que hay que evitar el mal. Pero fijémonos en un punto: es aún mejor dar más intensidad a nuestra acción en el punto de hacer el bien. Esto se puede realizar de mil modos a lo largo del día. Hay todo un listado de acciones positivas que nos ayudarán mucho: dar gracias, y hacerlo sinceramente, dando gracias a personas concretas; saludar con afecto a nuestro prójimo; ayudar a un pobre con nuestra limosna; pedir perdón por nuestros errores, pero no solo de modo 'interior' sino de modo concreto: pedir perdón de palabra a esta o a aquella persona... Una fe con obras. Todo esto conforma, también, una suerte de 'liturgia'.