"Y la paz de Dios [...] guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús" Filipenses 4:7
Samuel Johnson, un escritor del siglo XVIII, era famoso por su ingenio, sensibilidad y conocimiento enciclopédico. Él consideraba que la soledad era deprimente, por lo tanto, para rodearse de gente, solía invitar a su casa a los pobres y a los desamparados. También confesó que tenía mucho miedo de morir.
Sin embargo, un artículo de la Enciclopedia Británica habla del "amor a la vida" de Johnson. Lo caracteriza como "moralista cristiano", con una firme convicción de la realidad del pecado y de la redención que se obtiene mediante la fe en Jesucristo. Dice, además, que "su fe prevaleció", porque cuando supo que estaba muriendo "se negó a tomar narcóticos porque había orado para poder entregar con lucidez su alma a Dios".
El artículo concluye: "Pocos hombres han dejado mejores ejemplos del arte de vivir que Samuel Johnson".
He conocido muchos creyentes con la misma actitud. La mayoría de ellos pasaron por ciclos repetidos de gozo y tristeza. Y cuando estaban deprimidos, el solo hecho de citar versículos bíblicos los ayudaba poco, porque ya los conocían. No obstante, seguían viviendo para Dios y orando, y la fe de ellos prevaleció. La "paz de Dios" llenó sus corazones (Filipenses 4:7). Esta es una buena noticia para todos nosotros; en especial, para aquellos que atraviesan momentos de duda y de desesperación.
Reflexión: Cuando la vida se llene de sombras, dirige tu mirada hacia la luz del amor de Dios.
Fuentes: Nuestro Pan Diario