Derecho A Réplica De Una Feminista, Por El Día De Las Mujeres Que Les Gusta Que Les Peguen

Publicado el 07 noviembre 2018 por Carlosgu82

Desperté amarrado a una silla de tal manera que no podía mover más que la cabeza. Cuando levanté la mirada vi una mujer con una cabeza de cochino en la cara. No tardé en darme cuenta de que era una máscara, para que no la reconociera. Pero su figura me parecía conocida la figura.
– Estás vestida como en una de mis películas gringas preferidas – le dije.
ella se quitó la máscara y me la tiró en las piernas abandonando descaradamente el pudor de su identidad.
– La compramos en una tienda donde venden cosas de películas gringas. La idea es que sintieras la ofensa de estar en cautiverio sin ni siquiera saber la identidad del secuestrador, pero yo no sirvo para esto- dijo, y me dio a entender con su mirada expectante que me tocaba hablar a mí.
Necesité un rato para recordar quien era, hasta que comprendí. Se trataba de una amiga muy dolida por mis comentarios del último texto donde entrevisté a una sadomasoquista, e hice referencia directa a algo y de alguna manera que la involucraba directamente. Esto de escribir es música de significados, herencia de fran zapa y eddy palmiery. He comprobado en las respuestas que recibo que con lo que algunos se ríen otras personas pueden molestarse. Me sorprendió verla, a ella particular la recuerdo con mucho aprecio, pero no mostré mis emociones.
– ¿A ver, qué será?- pregunté, refiriéndome o lo que podemos llamar un subtexto, o intertexto.
Mirándome, tardó un rato en decir algo. Arrancó como siempre con la misma frase que ya parece interjección, esa que he oído tantas veces de gente que me aconseja por algún motivo.
– Qué bolas tienes tú!!!!!! – supe que se refería al texto que había escrito. Pensé en disculparme rápidamente, pero no pude evitar lo siguiente.
– ¿Tú también te fijaste, todas se fijan en eso?
Y ella se quedó mirándome mientras entendía el último comentario en todas sus dimensiones. Traté de explicarle que eran fenómenos del lenguaje, involuntarios, pero se molestó más así que llamó a sus amigas por teléfono.
– Sí, exacto, el tipo no entiende, que va, nada, me hizo otro chistesito con sus bolas, imagínate. trae a valencio para que se lo coja.
Lo primero que pensé fue: esto debe ser una joda. Se está poniendo ácida para tratar de amedrentarme, pues la verdad es que siempre que no sea novia de uno, una mujer nunca resuelve bien ningún nivel de competencia con un hombre porque se pone a competir en el plano de los hombres, hasta que descubre la verdadera ventaja de ser mujer, que es el sexo, entonces ahí sí se jodió uno, porque siempre puede uno pensar que es por uno que les gusta tanto, digo por talento de uno. Tengo varios panas que han pensado eso, entre ellos yo, que he sido pana mío hasta que me deje mal a mi mismo, pero mientras eso no sucede no hay problema, no saben lo que dicen realmente. No sé si me explico.
Pero resultó que estaba preparada. Entró un coño e sumadre negro barrigón de dos metros que tenía pinta de haberse cogido hasta a sus hermanitos menores. Inmediatamente comencé a forcejear desesperadamente dentro de mis ataduras y a gritar al negro ese.
– Yo soy tupamaro coñoemadre, no te me acerques – y otras cosas como esa que a uno se le ocurre cuando está desesperado.
– Tengo un amigo sicpc que trabajó en la CIA, te voy a buscar para matarte, en este mundo nadie puede ocultarse- uno se pone creativo, pero la gente no entiende esas expresiones que deben proporcionar información valiosa acerca del origen del lenguaje, a menos que estén en situación similar y las recuerden, por eso mejor nos saltamos el resto. Baste aclarar que en una de esas el negro se amedrentó un poco y vio a la mujer. Ella le dijo que no había problema, que no era más que un loco siempre observando a la gente, sin muchos amigos en ninguna parte.
La mujer sacó una cámara, y dijo mientras el negro se bajaba los pantalones y yo daba salticos como podía con la silla, impulsándome todo lo posible con la cabeza para alejarme de él.
La mujer intervino.
– Esto mismo se lo hicimos a un tal Héctor Seijas y a todos los que se oponen a la diversidad sexual. En varios casos fueron firmes a sus convicciones. Tuvimos que grabar a valencio, que era el nombre de un burro de su pueblo cuya burra lo dejó por él, por valencio, es decir, la burra dejó al burro por este tipo y le pusieron su nombre, el del burro, y Héctor por no dar su brazo a torcer, siendo firme consigo mismo, se torció otra cosa adentro, porque ponía una cara muy extraña mientras Valencio moestra su talento. Después de dos horas tuvimos que mandarlo al cdi de emergencia, y como esos cubanos son todos machistas quieren a los homosexuales pero no les gusta tocarlos mucho, estuvo esperando mucho tiempo. Fue un veterinario el que más o menos resolvió la parte más urgente. Le coció unos puntos que ahora parecen una pequeña cesarea en la espalda. Está grabado, mira. – dijo, y me lo mostró. Vi todo el video, supongo que era parte de la tortura psicológica. Ella continuó:
– Luego si lo aceptaron en un cdi, porque era una emergencia mayor, además un cubano que llegó antes del convenio entre cuba y Venezuela, se solidarizó
Pobre Héctor, y todo por no reconocer que el mayor temor de que lo cojan a uno es que a uno le guste, por lo demás no tiene relevancia salvo que fuera un momento como este en que mi honra, mi fama de hombre suficientemente dotado y mínimamente satisfecho entre otras especies se fuera al carajo, al menos en mi memoria, que es lo importante:
– Qué es lo que tengo que decir. Le hecho paja a cualquiera, sólo dime. Te puedo pasar algunos datos, fíjate. Ricardo Romero se supone plenamente heterosexual, pero hace yoga bajo una cascada en el Ávila en tanga e invita a amigos muy selectos, en tanga. Imaginate a Ricardo en tanga en una valla publicitaria hacia el este de caracas como propaganda política para que las marchas de la oposición no vuelvan a llegar más nunca a miraflores, para que se queden en el camino recibiendo las más extraordinarias iluminaciones intelectuales políticamente acertadas con la expresión de su cuerpo estampado en una venta de restarurant new age, cochino frito con alfalfa.
– Otro bueno es el de juan carlos. Juan Carlos está estudiando la animación tres d para construir la mujer tres d perfecta, con capacidad para escuchar sus elucubraciones sobre la caída del capitalismo y el proceso revolucionario y que haga como si estuviera entendiendo. Dice que esa es la mejor forma que hay de tener conciencia de géneros.
– no queremos escuchar nada de eso – dijo la mujer, pero como noté que el negro no se acercaba seguí hablando desenfrenadamente convencido de que al menos lograba distraerlos, más tuve que callarme porque la mujer dijo:
– cógetelo valencio.
– valencio quédate ahí coñoetumadre- le dije a él, y a ella: ¿qué quieres que diga bruja? Perdón, ¿qué quieres que diga? – pregunté apresuradamente.
– tú sabes lo que quiero que digas.
– Eso es trampa, debes decirme al menos una pista porque estoy bajo presión y no puedo concentrarme.
– vas a estar bajo más presión dentro de un rato.
Lo pensé y me pareció pertinente, así que dije:
– Uno como escritor busca problematizar las cosas y hay gente que se ofende porque…- el todavía avanzaba, definitivamente ese buen comienzo para el discurso.
– El arte es una forma de trasgresión constante del orden establecido en busca de una nueva forma y un nuevo valor.
A ella le gustó, pero tampoco “daba la satisfacción necesaria” como para ordenar al negro que se detuviera, que llegó hasta mí y comenzaba acomodarse peligrosamente por detrás. Tenía que actuar antes de un abrazo por atrás como uno abraza a la mujer de uno cuando está pendiente de aquello y lo único que se necesita es una formalidad al oído para… bueno pues. Tenía que actuar urgentemente y tenía que ser con la palabra, porque nada más con ese abrazo comenzarían a derrumbarse las bases de mi marco ideológico fundamental, el Ley Motiv, non plus ultra pluscuanperfecto. De repente me vino una iluminación, la chama quería un derecho a réplica propiamente dicho, no vaguedades abstractas, esas son para el cortejo prenupcial de todos los viernes tomando cerveza. Así que dije:
– En realidad ninguna burquesita me ha mamado el guevo nunca y yo lo que soy es un hermitaño desagradable que no sabe bien cómo relacionarse con la diversidad de la gente y por eso escribo muchas de las cosas que escribo, para vivir lo que no me atrevo, que en realidad ha sido suficiente… tienes que reconocer que no estuvo mal, y creo que con eso te sirve.

Ella hizo un gesto y el negro soltó la silla para dirigirse hasta donde estaba su ropa nuevamente.

– Por fin – dijo la mujer satisfecha al tiempo que mandaba un mensaje que evidentemente era la señal de triunfo para sus amigas.
– Al menos ningún amigo tuyo te va a chalequear cuando lean esta película para leer.
– No te creas, Roberto no me va a perdonar.
Jajajajajajajajajaja. Rió ella que también conoce a Roberto, y creo que también se lo cogió.

– Si es necesario firmar un documento con lo que dije no hay rollo pero desátenme, así no es bueno dialogar – propuse señalando con el gesto mis ataduras.
– Tranquilo ya firmaste en esta cámara, ya lo grabamos. Sólo falta que hagas algunas aclaratorias. A ver, tiene que ser un descubrimiento espontáneo, como la dinámica de explotación de clases en el psicoanálisis.
Como el tipo todavía estaba desnudo y no me agradaba en lo más mínimo la imagen, fui lo más directo y preciso posible a lo que ella pudiera querer escuchar. Después de todo haberlas observado puede servir para salir de apuros, aunque este no fuera precisamente de los que hubiera previsto. Entonces dije:
– Que la forma de reunirse para beber y socializar es a su manera un rito y lo he ofendido haciendo comentarios aparentemente graciosos para llamar la atención de un público. Está bien. Aunque, vaya rito desmovilizador en el que todos incurrimos para resolver la ansiedad sin habernos atrevido a preguntar de donde viene, por qué está, a quien le conviene. La ansiedad y la desesperación han de tener alguna función. Todo el mundo le quiere echar la culpa al capitalismo demasiado rápido, sería bueno pensar las cosas un rato más, cuando menos seleccionar buenos momentos para intentar pensar un poco más allá del punto en que hemos encontrado la respuesta que buscábamos, que la mayoría de las veces, no es más que eso, la que buscábamos, no la que resuelve un problema, ni mucho menos la que nos explica la realidad. Y creo que eso se debe a que la respuesta que nos explica la realidad no nos conviene, de hecho nos desespera.

El negro estaba vistiéndose. Todo volvía a ser normal justo antes de que un trauma psiquiátrico me obligara a alimentar mi imagen del universo con alguna información.

Pero para mi sorpresa el negro no se fue. Vino hasta la silla y me desamarró. Sacó un cacho de marihuana, lo encendió y me lo pasó.
No vi por qué no aceptarlo.
Entonces él:
– La cuestión es que esté claro que por más que critiques una generación perteneces a ella. Está bien que tú hayas estudiado audiovisual desde joven y sientas que hay un montón de neobuirguesitos de izquierda como manu chau viviendo del souvenir revolucionario e invadiendo un arte que tú crees que eres el único que puedes hacerlo de manera trascendente en este país…
Volteó, se agarró una tetilla y se la apretó durísimo, lo supe porque la mano le vibraba de la presión. El negro resultó ser pitonisa, o algo así, pero con un botón regulador, y continuó:
– Pero te da miedo porque sabes que el sistema desde hace rato, el sistema mundial, asesina de diversas maneras (franca y expresamente en muchas ocasiones) a todo el que moviliza un público. Entre esos muertos misteriosos siempre están los que tienen algún nivel de ideologización que se sabe por la obra, como en el caso de los actores las películas que, aunque no sean directores o escritores, muestran una personalidad estructurante de un discurso entre una y otra película que hacen. Heat Leather es uno de esos que muere de manera misteriosa y aparece en películas con una intención discursiva clara, desde la primera hasta la última. Amy Wine hause es otra de esas artistas con propuesta de rescatar la cultura negra de los estados unidos, montados en una tarima expresándose con demasiada libertad y ganando dinero sin administración de ninguna empresa, con una propuesta autónoma que no prometía dejar muchas ganancias si la chama respondía a su impulso de profundizar y comenzar a hacer retiros para su desarrollo personal. Es la única forma de regular el caudal de la rumba autodestructiva que se vendió como alternativa, dentro de una teoría de liberación de las represiones, que nos convirtió a todos en consumidores más eficiente. A Jimy Hendrix tampoco lo dejaron retirarse cuando se lo propuso. Cuando los conciertos de un artista dejan mucha plata, si se le ocurre hacer otra cosa sucede un acontecimiento político parecido al de la droga. Un gran artista bajo control sirve para controlar mucha gente y significa ganancias, tal y como dice Mikel Ende en la historia sin fin, aunque siempre me he preguntado si esa frase viene siendo más bien de los escritores de la película. Una nada arrasó con todo en el alma de varias generaciones sin esperanza. Es la distracción es poder. Pero lo que define la distracción es que impide la identificación. Es ley de calle que lo que conecta seduce más que lo que maravilla, lo que maravilla es ley de casa, y mantiene la casa. pero lo que conecta se descubre brincando al vacío. La muerte no tiene que ser directa, tajante, declarada, un disparo o un puñal. Se induce, como cualquier idea y se propicia como las reuniones entre gente importante para iniciar negocios, como prohibir las sustancias para abaratar inmobiliarias o como la guerra para mantener un puerto libre de impuestos. Un artista de verdad, como gente dedicada, se reúne poco. Ser ingenuo de eso en alguien con poder de trasformación propia y con talento para crear será siempre un peligro. Porque la posibilidad de satisfacerte creando sin consumir n o tiene problema hasta que otros comienzan a satisfacerse con lo que creas aprendiendo también como crear. Es eso de lo que te refugiaste mucho tiempo, cuando descubriste que el talento es lo de menos. Más difícil es ser hombre en el tiempo que nos ha tocado. Hay muchas distracciones.

  • Vaya, no pareces negro – se me escapó esa así no más.

A lo que él respondió:

***continúa más tarde*****