Pisón construye, como siempre, una novela redonda y nos hace disfrutar con los pequeños detalles, esas pinceladas llenas de nostalgia que nos devuelven a otras épocas. El olor de la primera pizza, el Dyane 6, los bañadores Marc Spitz, los comics de Mafalda, la música relamida de Janett y su Soy rebelde y sobre todo, Demis Russos, ese personaje omnipresente encarnado pos su imitador y padre de familia, que nos hará pasar grandes ratos de risa y hasta nos hará aterrizar en el plató del Directisimo de Iñigo, al que aun nos parece ver en aquellos televisores de tubo en blanco y negro. Si ya has pasado el medio siglo prepárate para disfrutar con esta novela generacional en la que te verás reflejado.
Pisón construye, como siempre, una novela redonda y nos hace disfrutar con los pequeños detalles, esas pinceladas llenas de nostalgia que nos devuelven a otras épocas. El olor de la primera pizza, el Dyane 6, los bañadores Marc Spitz, los comics de Mafalda, la música relamida de Janett y su Soy rebelde y sobre todo, Demis Russos, ese personaje omnipresente encarnado pos su imitador y padre de familia, que nos hará pasar grandes ratos de risa y hasta nos hará aterrizar en el plató del Directisimo de Iñigo, al que aun nos parece ver en aquellos televisores de tubo en blanco y negro. Si ya has pasado el medio siglo prepárate para disfrutar con esta novela generacional en la que te verás reflejado.