(*) He cambiado algunas palabras del original.(1) Lo mismo sucede entre humanos. En principio, todos los humanos tienen derecho a vivir su vida de la mejor manera posible. Sin embargo, hay casos en los cuales ese derecho no se puede respetar, por más que queramos: defensa propia, encarcelamiento de criminales, guerras necesarias (2ª G.M...), etcétera.Opino que todos los animales tienen tanto derecho a no morir y a no sufrir como nosotros. Ahora bien, cuando sus derechos colisionan con los nuestros, nos vemos obligados a elegir: los suyos o los nuestros, ellos o nosotros (1). No parece una elección moral difícil: debemos salvar nuestro pellejo. No hay otra. Pero ¿qué ocurre cuando no colisionan?
Ejemplos de cuando nuestros derechos y los suyos se oponen: cazar para sobrevivir, fumigar la casa, utilizar plaguicidas e insecticidas, ciertos experimentos con animales (VIH...), urbanizar, etcétera. Ejemplos de cuando nuestros derechos y los suyos NO se oponen, esto es, ejemplos de cuando podemos respetar tanto los suyos como los nuestros: espectáculos con animales, comer carne por placer y no por necesidad, caza deportiva, ciertos experimentos con animales (cosméticos...), etcétera.
En otras palabras, siempre que podamos elegir no dañar a otros seres (algo así como el principio de no-violencia o ahiṃsā) sin poner en peligro nuestra supervivencia, debe elegirse no dañar.
PD. Estoy abierto a posibles críticas. Cómo no :o)