La Comisión de Justicia del Congreso, ante el tremendo escándalo armado en todo el país y recibiendo el pedido planteado por el congresista de Solidaridad Nacional, Heriberto Benitez (con el apoyo del oficialismo y el Frente Amplio-Acción Popular) votó por la desactivación del subgrupo de Derechos Humanos que presidía la fujimorista Martha Chávez, la cual se definió por nueve votos a favor y seis en contra.
¡Ah! Y si usted se quedó con la duda respecto a la participación del congresista que en la anterior votación se abstuvo de votar, el archiconocido Mauricio Mulder, le cuento que esta vez votó a favor de que se mantenga la comisión (con Martha Chávez en ella, ¡claro está!). Más claro que el agua. ¿Verdad? No levantó la mano con el resto, pero no le quedó otra que levantarla un instante, al final. Ya nos dará explicaciones leguleyescas, como sabe hacer muy bien, del por qué de su voto, pero ya quedó registrado para la posteridad que fue aliado con una de las más vergonzosas actuaciones del Congreso Nacional. El caso es que, gracias a Dios, ya no hay comisión, por lo tanto no hay Coordinadora.
¡Aleluya! ¡Aleluya!
Sra Martha Chávez: Permítame decirle que no se le "defenestra" (la palabra es suya) por sus opiniones o sus ideas, como ha dicho en la reunión de la Comisión. Se la saca de ese lugar de poder en ella porque usted con sus actos ha demostrado una línea política inviable con la función del puesto. Usted vive y trabaja a favor de Fujimori y en contra de todo lo demás en el mundo que se interponga en su camino: sin piedad, sin respeto a la ley, sin espíritu democrático, sin búsqueda de justicia, sin corazón. Para trabajar por los Derechos Humanos queremos personas de carne y hueso, con valores y sentido de justicia, no vampiros a sueldo de un asesino corrupto y ladrón.