Hoy rompo los botones de mi camisa y te muestro mi pecho, no voy con capote de engaños ni empuño el estoque de la muerte. Hoy abro mi alma, te voy de frente, toro. Estoy harto de correr.
No te temo. La Plaza está vacía. Solos tú y yo. Tus cornadas me dolerán seguro, pero por mucho que me hagan sangrar no lograrán que hinque mis rodillas en la arena antes que tú.