A las 20h00 daba comienzo este reto para gargantúas, y a mi me pilló terminando una sobremesa de una alubiada en el casco viejo. De verdad, no os fiéis de un grupo de jóvenes médicos, no hacen ni caso a eso del colesterol, pero bueno, esto os lo contaré en otro post. Me whatsappeo (¿la RAE acepta este palabro, o me lo acabo de inventar? Tiene toda la pinta de lo segundo…) con Endika, para saber cómo va, y cuando apenas han pasado 38 minutos y voy volando del Casco a Santutxu, me dice "Me he comido 7!" Yo alucinando, claro, ¡menudo titán! En lo que salí del metro, y llegué al Bodegón Mendía, ya se había comido otro más. Alucinante. Pero es que esto debe ir en los genes, su hermano David, que también competía, ¡estaba a 4 de conseguirlo! De verdad, que yo alucino con los amigos que tengo.
Allí nos encontramos unos cuantos blogueros, entre ellos Gorka y Cristina de Pitxiflú, Eneko Sukaldari, y un montón de amigos, compis del polideportivo (sí, de vez en cuando comen cosas distintas al arroz con pollo!), y un montón de gente del barrio animados a apoyar a estos valientes.
Al de una hora pararon unos minutos, y los hermanos me contaban que ya empezaban a notar la pesadez en el estómago, que los dos últimos se les hicieron bola, que el pan comenzaba a costar tragar… Pero ahí estaba David de Sukalmedia micro en mano animando a todos, en especial a los hermano, que iban en cabeza. Avanzaba el reloj, uy algunos ya comenzaban a rendirse, mientras Endika y David iban acabando con los bocadillos de su bandeja. Último esfuerzo: Endika a dos de terminar, mientras que su hermano con tres cuartos del último bocadillo, acabó desistiendo. De repente, todos nos volcamos con Endika, los de ETB micro en mano cuando el pobre estaba a dos carrillos, el público haciendo la ola por Endika, y gritos de ánimo. Menuda tensión, no sabíamos si acabaría o si se rendiría también. Nos quedamos todos expectantes, hasta que dio el último bocado: ¡CONSEGUIDO! Endika se ha convertido en el primer ganador del #desafíoMendia
Pero lo mejor de todo, y lo que diferencia a los santutxutarras del resto del universo es cómo se volcaron en un proyecto que no se trata únicamente de comer bocadillos, sino de apoyar a unos niños que padecen una enfermedad de las denominadas como "raras", la fundación "Stop Sanfilippo", como la pequeña Irune que allí estuvo regalando sonrisas a todos. Todo lo recaudado por los participantes fue destinado a esta fundación, así como todos aquellos que se acercaron, que pudieron apoyar a estos niños.
SIn duda, una tarde de lo más apasionante, ahora me queda la duda : ¿qué nombre le pondrá Endika a su bocadillo? Habrá que pasarse por el Bodegón Mendía para conocerlo y probarlo!
De txistorra, morcilla, hamburguesa… nada de bocadillos ligeros!
"¡Que solo me quedan 4!"
Endika y David mano a mano con los bocadillos
El pobre ni había tragado el último bocado y ya tenia el micro delante