Desafíos y transformaciones: el declive de las pescaderías en Barcelona

Por Sanchezdi

En los últimos años, la capital catalana ha sido testigo de un fenómeno preocupante: el cierre masivo de pescaderías en Barcelona.

Lo que una vez fue una tradición arraigada en la cultura catalana, ahora se enfrenta a una disminución significativa debido a una serie de factores que están cambiando el panorama del comercio de alimentos en la región.

El Gremi de Peixaters, el gremio de pescaderías de la ciudad, informa que aproximadamente el 20% de las pescaderías han cerrado en los últimos seis años.

Esta tendencia refleja un cambio en los hábitos de consumo y una disminución en la demanda de pescado fresco. Según Àlex Goñi, presidente del gremio, este declive se debe en parte a la crisis económica y a una transformación en los hábitos alimenticios de la población.

El declive de las pescaderías en Barcelona

Uno de los principales factores que contribuyen al cierre de las pescaderías es el cambio en los hábitos de consumo. Con la vida cada vez más agitada, muchas personas optan por comidas rápidas y preparadas en lugar de cocinar en casa.

Esto ha llevado a una disminución en la compra de pescado fresco, ya que muchas personas prefieren opciones más rápidas y convenientes, como alimentos congelados o comer fuera de casa.

Además, el desconocimiento sobre los diferentes tipos de pescado y cómo cocinarlos también ha contribuido a la disminución en la demanda de pescado fresco. Muchos consumidores se sienten intimidados por la variedad de opciones disponibles y optan por alternativas más familiares y fáciles de preparar.

Otro desafío para las pescaderías son las regulaciones y la burocracia excesiva impuestas por las autoridades. A menudo, los propietarios de las pescaderías se ven abrumados por las inspecciones y sanciones, lo que dificulta aún más la gestión de sus negocios.

Además, el relevo generacional también es un problema, ya que pocos están dispuestos a asumir el duro trabajo y los horarios complicados.

El pescado sigue “vivo”

A pesar de los desafíos, el presidente del Gremi de Peixaters insiste en que el pescado fresco sigue siendo una opción accesible y asequible para los consumidores.

Sin embargo, argumenta que la percepción de que el pescado fresco es caro es un obstáculo que debe superarse. Propone que las autoridades reduzcan el precio del IVA sobre el pescado fresco para fomentar un mayor consumo.

El declive de las pescaderías no es un problema exclusivo de Barcelona, sino que es un fenómeno global que afecta a toda Cataluña y España en general. Según informes recientes, Cataluña ha perdido casi un 24% de sus pescaderías entre 2016 y 2021, mientras que en España la desaparición de estos comercios asciende al 26% entre 2007 y 2020.

El cierre masivo de pescaderías en Barcelona es un reflejo de los desafíos y transformaciones que enfrenta el sector alimentario en la actualidad.