Toda una serie de cosas que me dicen desde desconocidos hasta mi entorno más cercano. Y la verdad es que llevo una temporada con una angustia en el estómago... mientras Valeria era muy pequeña, nadie me decía nada. Ahora que tiene 6 meses, parece que a todo el mundo le han entrado las ansias por meterse en su crianza. Y no puedo evitar sentirme mal, porque detrás de todas esas sugerencias lo que hay son críticas veladas a mi manera de ejercer la maternidad, a mi capacidad como madre.
Yo nunca, jamás, me he metido en la crianza de nadie. Si alguien me ha pedido información o ayuda sobre algún tema se la he facilitado, pero nunca he andado dando consejitos que no se me han pedido. No le he dicho a nadie que tiene que portear o domrir con sus hijos ni mucho menos qué alimentos debe darle ni cómo, ni cuándo. Asumo que cada madre/padre quiere lo mejor para su hijo y partiendo de ahí hace lo que quiere/puede. Entonces, lo único que pido para mí, es respeto.
Nadie me pregunta cómo es mi relación con mi marido, cómo dormimos o si le dejo llorar solo. ¿Por qué lo hacen con mi hija? Hay quien me dice que no es lo mismo. Pero hay una cosa en común en ambas situaciones, son privadas, de la familia, los niños no son patrimonio público. Si nadie me dice qué alimentación debo dar a mis gatos, o a qué hora debo irme a dormir o si me tengo que poner o no un abrigo, ¿por qué se sienten con derecho a meterse en algo mucho más íntimo y personal como es la crianza?
Y en esas situaciones no sé cómo reaccionar. Tengo muchos libros y estudios que avalan nuestro modo de hacer las cosas, pero por un lado no entiendo por qué tengo que justificarme y por otro no hay peor sordo que el que no quiere oir. A veces me han criticado el porteo y he intentado explicar las razones, científicas y personales por las que lo hago así, y la respuesta siempre ha sido la misma "sí,sí, pero la estás malacostumbrando...", entonces, es como darse cabezazos contra un muro.
Otra opción es decir que por favor, puesto que siempre tenemos la misma conversación y no nos ponemos de acuerdo, dejemos el tema. Pero entonces soy una borde que no quiero escuchar ( hay personas que, cada vez que nos vemos, me sueltan el mismo discurso)
Muchas veces, cuando ven que lo que voy a seguir haciendo las cosas a mi manera, empiezan con los chantajes y las amenazas: "lo digo por el bien de la niña" (como si yo no lo hiciera todo por el bien de la niña), "lo digo por tu bien", "te vas a arrepentir"... y un montón de coletillas que me hacen senir fatal. No ya solo es que no compartan tu modo de criar, es que encima se creen en posesión de la verdad absoluta.
Ahora, cuando ven que mi hija es súper simpática, que no extraña nada, que para todos tiene una sonrisa, que está súper estimulada... eso es que "ella es así", no tiene nada que ver el porteo, el colecho ni la crianza con apego, es "pura casualidad", me parece tan injusto...
Total, que llevo unos días con bastante malestar. Y sintiendo que me distancio de gente a la que quiero mucho.
Menos mal que Valeria lo compensa todo, ¡dormir así no tiene precio!