A lo largo de estos días tengo que presentar la solicitud de plaza en el cole que he decidido y hace unos días, para explicarnos como rellenarla y algunas cosas más, realizaron una reunión.
Se llevó a cabo en el comedor y el jefe de estudios, una profesora de infantil y otro señor que no se quien era, nos explicaron el tema de los puntos, de las opciones linguísticas, etc.
La profesora de infantil apenas abrió la boca...estaba mas atenta al reloj porque se ve que tenía mucha prisa y, a juzgar por su cara de hastío vital, muy pocas ganas de estar allí. Pero claro, algo tenía que decir, y nos dijo lo siguiente:
Que era fundamental que empezáramos ya a quitarles el pañal, que luego ellas se volvían locas con los nenes que se meaban.
Que les quitáramos ya los chupetes y biberones, puesto que, aunque nosotros no fueramos conscientes de ello, el llevarlos les generaba problemas a la hora de hablar y relacionarse.
Que tratáramos de que fueran autónomos, puesto que la autonomía es algo fundamental para todo ser humano.
Y que tengamos claro que es muy posible que lloren, aunque no todos lo hacen. Nos dijo, textualmente que, "cada niño se enfrenta a su soledad como quiere o puede"
Lo del chupete, pañal, etc, ya lo sabía, aunque me desanimó bastante el corroborarlo, pero tras ver a la profesora y oir esa frase que soltó tan alegremente (y a la que parece que nadie más dio importancia), se me calló el alma a los pies. Y no porque piense que esta equivocada, sino por la frialdad con la que se hablaba de algo tan importante como el sentimiento de soledad al que se enfrenta un niño en el cole. Porque, efectivamente, si yo dejo a David en el cole, el se enfrentará a su soledad como pueda y tratará de superarlo (o no , no lo sé).
Me planteo si David y yo estamos preparados para enfrentarnos a esto...me planteo si realmente ha llegado ya el momento de entrar en esta rueda en la que posiblemente ganará muchas cosas, pero perderá muchas otras que considero fundamentales, como es su individualidad, sus peculiaridades, sus tiempos. Pasará a ser uno más, que tendrá que hacer todo a la vez que los demás, sin importar si está o no preparado.
Muchos me dicen que no me preocupe tanto, que todos los niños pasan por esto y que no es un drama, a lo que yo respondo que me da lo mismo como lo acepten todos los niños porque David es especial.
Y no especial en el sentido de mejor, sino en el sentido de que lo hemos criado de otra manera, tiene otras costumbres, otros ritmos, otras necesidades que hacen que este proceso pueda resultar más duro. Y me cuesta mucho cerrar los ojos y empujarle con el resto, sin tener en cuenta sus particularidades.
En fin, que el dichoso cole me está quitando el sueño...y esto no ha hecho nada más que empezar...