En estos días, en el suelo de una calle de Madrid...
Aún habiendo vivido situaciones, las más de las veces relacionadas con la actualidad y a lo largo de los últimos años, que me llevaban a asumir la necesidad de huir de este puñetero país nuestro, no acabo de comprender el suicidio económico con el que se empeña esta comunidad autónoma. Desde mi corto entendimiento en la materia, me parece necesario recordar que:
-. Cataluña tiene muchos intereses, negocios y clientes en España-. Paralela y económicamente, también se beneficia de su pertenencia a la Comunidad Europea-. Sus puertos constituyen una vía de entrada y salida de numerosos productos a la península-.Con el abandono del castellano, como idioma oficial, se supone también un menoscabo en su cifra de negocios e intercambios con América Latina.-. Muchas empresas, incluso catalanas, lo estamos viendo en estos días: tendrán interés en cambiar su sede social y fiscal, en el loable empeño de conservar a una gran parte de su clientela.-. Caso de independizarse, se dificultaría la capacidad de conseguir créditos y de gestionar su deuda.
-. Se produciría una retirada de efectivo de sus bancos, bordeando un "corralito"...
-. Bajaría el P.I.B. y asistiríamos a una devaluación de la moneda y del precio de las cosas.
Aunque a tenor de los últimos acontecimientos tenga cada día más reservas a este respecto, no les niego a los catalanes la capacidad para corregir el impacto inicial de la secesión y de acabar mejorando su economía, pero es algo que en el mejor escenario sólo podría ocurrir beneficiando a futuras generaciones, a costa de perjudicar muy mucho a las presentes e inmediatas.
Y todo esto partiendo de la inequívoca base de situar, a la actual Cataluña, entre las regiones más independientes, autónomas y avanzadas del mundo, algo en lo que su integración con España habrá influido si o también, tanto si lo reconocen como si no...