Desarticulada una red especializada en el tráfico de animales en peligro de extinción

Por Doc_

Entre los integrantes del grupo se encuentra un veterinario, criadores y comerciantes de loros a los que se les han intervenido 32 ejemplares de loros y más de 70 certificados

La Guardia Civil, en el marco de la operación 'Shamrock', ha desarticulado un grupo organizado especializado en la cría y venta de especies animales amenazadas o en peligro de extinción por toda la geografía española. Se han imputado a un total de 9 personas, a los que se les acusa de delitos contra la flora y la fauna, estafa, falsificación de documento oficial, pertenencia a grupo criminal y contrabando.
En la misma operación se han intervenido 32 ejemplares de loros y más de 70 certificados CITES (Convención sobre el comercio internacional de especies amenazadas de fauna y flora silvestre), anillas y microchips.
La operación se inició a raíz de los controles que el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) realiza en tiendas y centros donde se comercia con especies exóticas. Los agentes localizaron en un centro veterinario, ubicado en la Comunidad de Madrid, a un animal y varios documentos, anillas y microchips de los que no se pudo acreditar su lícita procedencia, por lo que procedieron a investigar de forma más exhaustiva el entorno del centro veterinario.

Algunas especies pueden llegar a 16.000 eurosTras analizar los efectos intervenidos, se localizó en Málaga a un criador que proporcionaba la mayor parte de los animales al resto de integrantes de este grupo, y en particular a los responsables del centro veterinario ubicado en la provincia de Madrid. Asimismo, los investigadores encontraron en Murcia, Barcelona, Cádiz y Sevilla a los distintos distribuidores de los especímenes documentados de forma irregular.
 

Los ahora imputados comerciaban especies de loros protegidas y en peligro de extinción de origen clandestino cuyo valor puede llegar en algún caso a los 16.000 euros. Para ello, las proveían de documentos CITES falsos, les colocaban microchips o anillas de animales legales muertos para legalizarlos y obtener un beneficio económico con su venta o cría.
Fuente: Diario Vasco