La señora Cifuentes, esa pepera petulante y pretenciosa de la herencia de Espe Aguirre, intenta, para conseguir sus propósitos (ser presidenta de la CAM), actuar de forma dura, arrogante, alevosa y antidemocrática.
Ya lo demostró en las órdenes que ha dado a la policía en las manifestaciones últimas, donde ha demostrado una dureza inigualable. También lo ratificó cuando hablo de que había que regular las manifestaciones para evitar que se molestara al resto de la gente. En fin, una demócrata de toda la vida.
Lo último clama al cielo. Porque con los tiempos que vivimos, donde los dramas humanos están siendo constantes y este gobierno los acelera, la “buena señora” ha decidido descalificar a la PAH (Plataforma de Afectados por la Hipoteca). No le han gustado los escraches que se han dirigido a miembros de su partido y ha decidido tomar el camino de la desvergüenza. Ahora resulta que esta plataforma es filoetarra. Y se ha quedado tan pancha.
Es lo que tienen los peperos, en vez de solidarizarse con el grave problema de los desahuciados, en vez de hacer caso del Tribunal europeo, dejan dormir la ley ilegal y ganan tiempo a favor de los bancos, que siguen desahuciando a pesar de la decisión europea.
Y no es sólo la tal Cifuentes, también otros peperos, como Alicia Sánchez Camacho, o González Pons, o algunos otros –también los grupos mediáticos peperos amenazan a Ada Colau-- que pretenden seguir haciendo lo que les viene en gana, en contra de la ley y de la mayoría de los ciudadanos, sin que nadie les pueda protestar a la cara. Su falta de costumbre de hablar con los ciudadanos, a los que ignoran y de los que se alejan, hace que su presencia, criticando sus actuaciones, les moleste hasta el punto de presentar denuncias.
El resumen queda claro. La PAH está acertando, no hay nada más que ver lo nervioso que está poniendo al PP, les está sacando lo peor que tienen con los escraches. Insultan a Ada Colau, les denuncian, y desde luego les siguen dejando sin pisos. No tienen la conciencia tranquila porque, aunque se han visto obligados a aceptar la tramitación de la ILP, de la plataforma con 1.405.000 firmas, no piensan aprobar ninguno de los puntos importantes. Saben que están haciendo mal y no quieren dar la cara.
Cruzan y vuelven a cruzar la raya roja y quieren hacer creer a los ciudadanos que ellos son los buenos, los mártires, los perseguidos. Es vergonzoso que una persona como Cristina Cifuentes, con formas fascistoides, diga que la PAH apoya grupos etarras, una calumnia vil que debería hacer dimitir a esta mujer.
Y es que esta gente nunca ha tenido la menor duda entre ayudar a los bancos o a los ciudadanos. A las pruebas me remito.
Salud y República