2 mayo 2014 por JLeoncioG
Documentos TV, esa interesante serie de reportajes que emite TVE, difundió el pasado domingo un trabajo titulado Descatalogados (pueden verlo pinchando sobre este título), en el que se hacía valoración de la revolución que estamos viviendo, esa de la que tanto se ha hablado del paso de lo analógico a lo digital. En fin, el paso de las páginas con dos dedos, a sólo con uno. Fue doloroso, lo admito. No la evidencia de que esto está sucediendo, que ya no escapa al buen entendimiento de la realidad darse cuenta de esto, sino ver que esa realidad del conocimiento sustentado en las nuevas tecnologías no se construye de manera sólida, sino muy al contrario de forma débil y efímera. Me explicaré.
La Wikipedia, ese ingente corpus de documentación y sabiduría, puede llegar a tener más artículos ya que cualquier biblioteca soñada, inclusive la de Alejandría. Sin embargo, el acceso a toda la información que existe en esta “institución virtual” y a cualquier otra que “permanezca” en la red (repositorios de libros digitales, de vídeos, de cortes de audio, hemerotecas, revistas, páginas web, blogs, foros, etc) se reduce, en la mayoría de los casos a una cajita de texto de búsqueda llamado Google, y a cuatro resultados, los que aparecen más arriba una vez hayas iniciado tu análisis.
En un momento de ese reportaje que cito al inicio, un adolescente norteamericano asegura que nunca había pasado por un trance tan duro para él como cuando tuvo que buscar alguna información entre las estanterías de una biblioteca. Al final concluye: “yo lo que quiero es buscar en Google”.
Los nativos digitales son mentes adelantadas, son capaces de entender procesos complejos relacionados con las nuevas tecnologías, pero, desgraciadamente, su capacidad analítica y crítica tiende al, permítanme la generalidad, absurdo más absoluto.
Defiendo siempre las nuevas tecnologías, he sido, y soy, un freak de los gadgets, es decir un raro de los cacharritos tecnológicos, uso teléfono inteligente, tableta electrónica, ordenador portátil… y me hallo en una profunda paradoja que me divide al pensar que todas estas herramientas, lejos de facilitar el conocimiento, en análisis, la crítica, en enriquecimiento intelectual, están conduciendo a una profunda ignorancia.
Y esta paradoja solo me produce tristeza.