Moisés Cayetano RosadoLOS TRES EJES DE ABRIL.Los tres grandes ejes que movieron a los capitães de Abril para enfrentarse a la dictadura portuguesa pueden resumirse en “las tres D”: democratizar, descolonizar, desenvolver.Vuelvo a reunirme con el coronel Durán Clemente, uno de los capitães más activos del MFA, para abundar en lo que fue ese movimiento militar sin precedentes; la participación de esos jóvenes de apenas treinta años que conmovieron al mundo en 1974. Me lanza “otras tres D”, como definición de la situación actual en Portugal: desemprego, desigualdade, desastre.Manuel Durán Clemente fue uno de los primeros en forjar el movimiento militar en 1973, y uno de los últimos en dejar de luchar por las conquistas, que apenas año y medio después de Abril del 74 se iban cercenando. Su intervención en la televisión el 25 de noviembre de 1975 para impedir las decisiones de reconducción del VI Gobierno de Provisional, presidido por el almirante Pinheiro de Acevedo, le llevaría a la persecución, al exilio, a la marginación, como a los pocos militares que se empeñaron en mantener “las tres D” iniciales.Porque democratizarse conseguía con la participación del pueblo en la toma de decisiones y no únicamente en el poder delegado a los políticos de profesión.Porque descolonizarera un proceso para acabar con las colonias portuguesas, pero también impedir que la nación fuese encadenada a una neocolonización de otros países poderosos y de las avarientas multinacionales.Porque desenvolverimplicaba poseer medios para producir, gestionar, transformar, comercializar, en lo que se empeñaron la Reforma Agraria y los procesos de nacionalizaciones, que se iban desmontando.LA ACCIÓN REVOLUCIONARIA Y LA CONTRARREVOLUCIÓN.“¿No democratizó la Constitución de 2 de Abril de 1976, así como el primer Presidente de la República, Ramalho Eanes, y el Primer Ministro, Mario Soares, con sus equipos?”, le pregunto.Duran Clemente no lo cree así; estima que la Constitución fue ignorada en sus puntos cruciales, así como alterada sustancialmente en las reformas de 1982, 1989 y sucesivas, hasta desposeerla de su carácter revolucionario esencial. Y en cuanto a Ramalho Eanes, al que nunca vio como un capitão de Abril, lo considera -como a Jaime Neves, brazo ejecutor de la contrarrevolución de noviembre de 1975 entre otros- corresponsable de la destrucción de las conquistas, en las que otros militares -como Vasco Gonçalves o Rosa Coutinho- tuvieron papeles ejemplares. Ni qué decir que a Mario Soares lo asimila a los anteriores; éste como político, que traicionó principios que en el 74 asumió.Repasamos figuras militares y políticas que harían interminable la relación, pero no me resisto a mencionar a tres. Entre las primeras, Otelo Saraiva de Carvalho, que dirigió las operaciones del 25 de Abril: nunca lo consideró coherente, firme de condiciones, fiable en decisiones, a pesar de su mitificación generalizada, que sí reconoce justa en el caso de Salgueiro Maia, capitão que cercó y rindió eficazmente al Presidente del Gobierno en el Cuartel do Carmo. Entre los segundos, una figura que respeta por su entereza y entrega: Alvaro Cunhal, el dirigente comunista, tan opuesto y confrontado con Mario Soares, y tan centrado en el desenvolvimientopor medio de la toma popular del poder económico: Reforma Agraria y nacionalizaciones, desmontadas sistemáticamente tras el 25 de Noviembre del 75.
“¡Descolonizar Portugal, sacudirse el neoliberalismo, el ultraliberalismo, el ‘mercado’, que hacen cada vez más ricos a los ricos y más pobres a los pobres”, en la voz y en la acción de un capitão, de unos capitães, que una vez más apelan a nuestras conciencias!