Antes de bajar del auto incluso, ya nos besábamos muy intensamente. Sentía como mi vagina se humedecía, él se bajó del auto y se acercó a la puerta del acompañante, me ayudó a bajarme y me abrazó mientras me seguía besando hasta que llegamos a la puerta de la habitación del motel. Al tiempo que él ingresaba la llave en la cerradura, yo tocaba su miembro, ya en ese momento muy duro y prominente. En ese punto mis tangas estaban ya empapadas.
Entramos y de inmediato me lanzó a la cama. La situación se ponía cada vez mas intensa. Era un chico muy guapo, cabello negro, ojos castaños y una barba de tres días. En la cama me besaba el cuello, los pechos, me tocaba las nalgas. Él se quitó la camisa, así que besé su pecho, le comencé a quitar el pantalón, y le pregunté mirándolo si tenia protección. Contestó que si, sacándolo de un bolsillo. Él mismo se lo colocó, y comencé a hacerle sexo oral con el preservativo. Primero lentamente lamiendo la punta, luego mas rápido. Él ayudaba casi follándome la boca, hasta que me lo introdujo hasta la garganta. En ese momento me aparté casi ahogada.
Me pidió que me volteara y estando en cuclillas, procedió a hacerme un oral. Su lengua recorría de arriba a abajo, los flujos ya se escurrían por mi pierna, hasta que le pedí entre gemidos que por favor me follara. Primero metió un dedo en mi húmeda vagina, luego otro y estando todavía en la misma posición me incliné un poco mas para que me penetrara con todo. Tenía un gran pene bastante grueso, pero no tan largo; todavía llevaba el condón puesto. Giré la cabeza y le pedí que ya lo metiera. Puso una mano en mi espalda para indicarme que me inclinara mas hasta que mi cara estuvo contra la cama, yo me eché para atrás y él me agarró por las caderas. Con cada embestida, mis tetas rebotaban; aún tenía puesto el vestido y amenazaban con salirse. Él terminó sacándolas por completo para acariciarme los pezones, mientras que con la otra mano acariciaba mi clítoris, abriéndome las puertas al más intenso placer.
Intentaba no gritar demasiado, pero en ese momento se detuvo para cambiar de posición, me coloqué boca arriba y él pidió que posicionara mis piernas en sus hombros, me levantó por las caderas y sus embestidas se volvieron cada vez más rápidas y placenteras. No pude aguantar más y grité y grité hasta que tuve un orgasmo, él lo notó y mi orgasmo provocó el suyo.
Se desplomó sobre la cama quitándose el condón, luego se levantó y comenzó a vestirse.