Sin embargo, todavía nos queda un poquito que decir sobre ellos. Por ejemplo, aún no hemos visto qué fonemas hay ni qué rasgos tienen estos fonemas.
Porque sí, los fonemas tienen rasgos distintivos que los diferencian unos de otros. Si no los tuvieran, ¿cómo los diferenciaríamos?
Desde el punto de vista articulatorio, que se encarga del modo en que se pronuncia el lenguaje y es el que nos interesa a nosotros, estos rasgos distintivos hacen referencia al modo en que se pronuncian esos fonemas y nunca, nunca, nunca van solos.
Es decir, un fonema nunca tiene un solo rasgo. Como mínimo, tiene tres, que pueden aumentar según el método o lo específicos que queramos ser en nuestra descripción. A estos rasgos que, conjuntamente describen un fonema, se le llama el "haz simultáneo de rasgos distintivos."
Así, todos los rasgos que describen un fonema tienen la capacidad de ser distintivos, pero no todos lo serán cuando intentemos separar dos fonemas. Es decir, hay rasgos que sí son distintivos, es decir, que diferencian a un fonema de otro, y rasgos que son redundantes, que no diferencian fonemas de otros.
Por ejemplo, tomemos como ejemplo tres cabras y démosle a cada una su haz simultáneo de rasgos distintivos:
- Cabra número 1: Blanquita, peluda y valiente.
- Cabra número 2: Blanquita, peluda y cobarde.
- Cabra número 3: Negra, peluda y valiente.
Todos -blanquita, peluda, valiente, cobarde y negra- son rasgos distintivos porque tienen la capacidad de distinguir. Sin embargo, comparemos dos cabras:
- Cabra número 1 vs cabra número 2: los rasgos distintivos aquí son valiente y cobarde, pues son los que nos permiten saber cuál es cada cabra. El resto son redundantes porque no diferencian.
- Cabra número 2 vs cabra número 3: aquí tenemos que los rasgos distintivos son cuatro y comprenden negra/blanquita y valiente/cobarde. Peluda es redundante.
- Cabra número 1 vs cabra número 3: los distintivos vuelven a ser blanquita/negra y el resto son redundantes.
Fuentes:
- Principios de fonología y fonética españolas - Antonio Quilis