Descubre Extremadura: "Comarca de la Vera"

Publicado el 16 septiembre 2013 por Grimmjow_23 @Grimmjow_23

Bienvenidos a esta gran tierra, Extremadura. Es una pena saber que es una de las regiones más olvidadas de España, pero, ¿conoces todo lo que te puede ofrecer Extremadura?


Hoy te propongo la visita a la Comarca de la Vera. Ésta se encuentra al noreste de Extremadura, en la provincia de Cáceres y, para mí, es una de las zonas más bonitas que puedes encontrarte en esta Comunidad Autónoma.

Cualquier época del año es ideal para visitar La Vera, pero si vienes en verano no olvides el bañador para poder disfrutar de un baño en alguna de sus 47 gargantas con piscinas naturales.

Y bien, ¿qué podemos destacar del paisaje y pueblos de esta comarca extremeña?



Muy fácil, la gran mayoría de sus pueblos poseen arquitectura popular (destacando la madera para balcones, ventanas, vigas y columnas); en cuanto al paisaje, La Vera limita al norte con la Sierra de Gredos, por lo que sus pueblos están bordeados por montañas verdes, destacando los bosques de encina, roble y castaño.

De esta sierra provienen las gargantas de agua, hecho por el cual, estos municipios sorprendan al visitante por la gran cantidad de fuentes y por ser el agua un elemento característico en las calles.

El color verde destaca en toda la comarca, por lo que no es de extrañar, que a más de uno le recuerden estas tierras a un paisaje asturiano.

Bueno después de esta introducción, vamos a conocer algunos de los pueblos más bonitos de esta comarca, con la intención de que te hagas una idea de lo que puedes descubrir en este lugar, al que si vas, seguro que repetirás.

Este municipio está declarado Conjunto Histórico Artístico, ya que es una población de bellísima arquitectura popular, de la típica que existe en esta comarca y que he mencionado anteriormente.

Lo más destacable del municipio aparte de sus calles y viviendas, es su iglesia, la de la Concepción.

Además no te puedes perder su fiesta más conocida, el Pero Palo, celebrada durante los carnavales. En esta fiesta el protagonista es Pero Palo, un muñeco con cabeza de madera y vestido con un traje negro y blanco; la tradición cuenta que se le trata de igual manera como se trataba a los reos en tiempos de la Inquisición. Esto tiene lugar en las calles del pueblo entre música y con todo el pueblo participando. Finalmente es quemado, excepto su cabeza que se conserva de año en año.

También declarado Conjunto Histórico Artístico; y es que este pueblo no merece menos. Aquí encontramos la típica arquitectura judeomedieval (Valverde ya existía en el S.XIV). Sus calles son estrechas y tortuosas, lo que ayudaba a combatir el frío del invierno.

Uno de los elementos más llamativos de esta localidad son las regueras; que no son más que pequeños canales de agua que discurren por las calles y que sirven para distribuir el agua de riego de las huertas.

Junto a la iglesia del pueblo encontramos las ruinas del castillo de Valverde.

Este municipio se encuentra en el corazón de esta preciosa comarca. Quizá sus calles no conservan totalmente la arquitectura típica en los pueblos mostrados anteriormente, pero sí es famoso este pueblo es por su castillo.

El castillo de los condes de Oropesa (S.XV), es hoy día un Parador Nacional en el que podrás alojarte con vistas a la Sierra de Gredos y al pueblo. Es famoso este lugar porque Carlos I de España y V de Alemania estuvo viviendo en este castillo jarandillano. Esto fue hasta que terminaron las obras del Monasterio de Yuste, en la localidad de Cuacos de Yuste. Una vez el monasterio estuvo listo, Carlos V pasó aquí sus últimos años de vida.

En Jarandilla también hay que destacar la iglesia fortaleza templaria de Nuestra Señora de la Torre.

Además, encontramos un elegante puente romano conservado en su totalidad y que nos lleva hasta una de las gargantas jarandillanas aptas para el baño.

Y para fiestas curiosas y que merecen la pena descubrir, encontramos "los Escobazos", declarada fiesta de Interés Turístico Regional. Se celebra la noche de cada 7 de diciembre. Este día es la fiesta de la Inmaculada y el fuego se hace protagonista en la localidad. El pueblo se llena de hogueras, y mediante escobas que arden por el fuego los participantes se intercambian golpes con las escobas en llamas (así que si quieres participar más te vale que vayas con ropa vieja).

Para llegar hasta este pequeño pueblo, tenemos que coger una carretera que une este pueblo únicamente con la localidad de Jarandilla de la Vera. La subida es espectacular; es una carretera que bordea las primeras montañas que nos vamos encontrando y mientras subimos podemos ver muchísima vegetación a ambos lados.

Al final de esta carretera (a la que no se debe ir a más de 40 km por hora debido a las peligrosas curvas sin quitamiedos) encontramos el pueblo del Guijo de Santa Bárbara. Aquí merece la pena pasear por sus calles empredradas con fachadas adornadas con flores y plantas. También hay gargantas aptas para el baño con aguas cristalinas, aunque heladas. Y desde este pequeño pueblo existen distintos senderos para admirar todo este paisaje rodeado de montañas.

Famoso por albergar el Monasterio de Yuste, situado entre montañas y a varios kilómetros del pueblo. Este lugar es un sitio de paz, retiro y oración. Este lugar fue elegido por Carlos I de España y V de Alemania para retirarse. A su muerte fue enterrado en una cripta bajo el altar mayor hasta que se trasladaron sus restos al Monasterio del Escorial. Se puede visitar pagando una entrada de 9€ (existen descuentos para estudiantes).

No obstante, el pueblo no se merece que nos vayamos sin verlo, ya que también está declarado Conjunto Histórico Artístico. Destaca su plaza Mayor porticada y la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.

Terminamos la escapada a esta comarca visitando el pueblo de Garganta la Olla. La peculiaridad de este pueblo es que se encuentra, como su nombre indica, en una olla rodeado de montañas. La localidad está declarada Conjunto Histórico Artístico.

Edificios destacables en Garganta la Olla son la Iglesia de San Lorenzo, el museo de la Inquisición y la Casa de Muñecas, que fue un famoso prostíbulo frecuentado por los caballeros del séquito de Carlos V.

Bien, pues aquí quedaría concluida la visita a esta comarca extremeña. Espero que te guste y que te animes a descubrirla.
Porque hasta en los lugares que menos nos pensamos, podemos encontrar asombrosos paisajes, pueblos, historia, senderos...
Con esto decir, que España no es sólo sol y playa; podemos descubrir rincones de los que a lo mejor no hemos oído hablar nunca, y resulta que nos acercamos y volvemos encantados.
Con la situación económica y social actual, yo me quedo con estos pequeños rincones que es quizás lo más rico que tenemos y que a mí por lo menos me ayudan a evadirme y a desconectar.
Espero que el futuro cercano esté en la línea del turismo sostenible, y que de una vez por fin, el turismo de interior y turismo rural puedan llegar a acercarse a las cifras del turismo de sol y playa; porque España no sólo es eso.
Creo que la gente poco a poco va buscando algo más que ir a destinos con las costas masificadas y cada vez más dañadas.
Por último, dedico esta entrada a todos los IGNORANTES que siguen creyendo que Extremadura es una región pobre, sin futuro, de paisajes secos sin vegetación, de pueblos sin nada que ofrecer y de gentes con formas de ser y vivir de hace dos décadas.
¡Un saludo!