Reza un proverbio que caer está permitido, pero levantarse es obligatorio, y esto es algo que todo emprendedor debería grabar a fuego en su cabeza. No hay empresario, por muy exitoso que sea, que no haya cometido errores, y quizás el célebre Steve Jobs sea el mejor ejemplo.
Sin embargo, hay errores más habituales que otros y conocerlos de antemano ayudará a evitarlos o, por lo menos, a tener más posibilidades de hacerlo. Estos son:
1. Una mala elección de los socios. Esta es una de las cuestiones más repetidas. Así lo atestigua Gabriel Smetana, fundador de Opcionis.com, que asegura que es demasiado fácil confiar en quien no se debe. Por su parte, Elena Gómez Pozuelo destaca en su blog de 'Expansion' que al principio todo suele funcionar bien y que es con el tiempo cuando aparecen los problemas. A esto hay que añadir que hasta que no se trabaja con una persona resulta imposible saber a ciencia cierta la química que existirá.
2. Repartir la empresa a partes iguales. Aquilino Peña calcula que un 73% de las startup dividen el capital a partes iguales entre los fundadores, lo que puede suponer un gran error al dejar a la nueva empresa sin un líder real. Los problemas son menores cuando existen tres socios, porque bien uno de ellos rompe el empate entre posturas enfrentadas, permitiendo a la empresa avanzar.
3. Dar demasiado valor a sus ideas. Una buena idea no tiene precio, suele decirse, pero se pudo ver en el concurso 'Elevator Pitch' que tuvo lugar en el Salón MiEmpresa, que hoy en día vale más la capacidad de ejecución, a lo que muchos responderán que lo realmente importante es contar con capital para desarrollar el proyecto.
Al final, tampoco hay que confundir una buena idea con una oportunidad de negocio. Parecen lo mismo pero no lo son.
4. Mala planificación financiera. Si de algo carecen la mayoría de emprendedores es de rigor financiero, algo que suplen con grandes dosis de ilusión. Sin embargo, hacer números y hacerlos bien es vital para el futuro de cualquier negocio. Es posible equivocarse en las ventas, pero precisamente por eso debe existir un buen plan de negocio que haya tenido en cuenta distintos escenarios y haya pensado en la forma de limitar los costes iniciales.
5. Falta de liquidez y exceso de costes fijos. Al emprender también hay que ser previsor. Poner en marcha un negocio tiene una serie de costes que hay que valorar y para los que se debe disponer, en la medida de lo posible de una cierta caja para afrontarlos. De otra forma, en poco tiempo, lo que pueden ser de seis a doce meses, la empresa se quedará sin 'punch' financiero.
Limitar los costes iniciales es otra forma de combatir esta falta de liquidez y algo que no todos los emprendedores logran hacer, pensando quizás que el negocio subirá antes de lo previsto.
6. Empezar pensando en la financiación. El fallo anterior deriva de éste y lo complementa. Son muchos los emprendedores que comienzan sin apenas recursos propios, lo que hace que inmediatamente tengan que buscar financiación, como explican desde el Salón MiEmpresa.
Gonzalo Ruiz lo hizo así y el no contar con deudas derivadas de la financiación pero sí con socios le ha permitido ser más flexible y reaccionar más rápido cuando ha sido necesario. Quienes están pensando en financiación pueden perder el foco en otros elementos que pueden suplir a esta como es un aumento de la facturación.
7. Apuesta por tu proyecto. En esta misma línea, si quieres que alguien apueste por tu idea empieza invirtiendo tú en ella.
8. Fallos en la contratación. Lo que puede resumirse en no contar con el talento adecuado dentro del equipo inicial.
En un entorno de recursos limitados, acertar es clave, lo que implica contratar empleados que encajen dentro de la cultura de empresa y que muestren un alto grado de implicación. A esto se suma otro error muy habitual en la gestión de recursos humanos: un exceso de fidelidad hacia los empleados, dejando de lado el conocido dicho de "contrata despacio, despide rápido".
9. Falta de visión empresarial. Hoy en día es común ver a demasiados emprendedores obsesionados por mejorar su marca personal que terminan dejando de lado cuestiones clave para el futuro de su empresa. Entre ellas, destaca la formación en materia empresarial, que suele quedar relegada a un segundo plano.
10. Falta de flexibilidad y lentitud en la toma de decisiones. Algo que parece más propio de las grandes empresas también puede darse en pequeñas corporaciones e incluso en proyectos incipientes. Tratar de consensuar todas las decisiones entre los fundadores puede hacer que la empresa tarde demasiado en actuar. En algunos casos esto se traduce en proyectos que finalmente no terminan de ver la luz porque el emprendedor tarda demasiado en poner en marcha la idea.
11. No escuchar a los clientes. Si hay un consejo repetido es que el cliente manda. Cualquier persona que haya acudido a una reunión de ventas sabe que un silencio a tiempo puede valer más que todas las explicaciones del mundo. Se puede aprender más del 'feedback' de un cliente que del mejor plan de empresas. Y si no, sólo piensa por qué son tan potentes las redes sociales para las grandes empresas.
A estos errores básicos se pueden añadir otros como no empezar en modo "ahorro total", descuidar el networking, no saber comunicar la idea o perder el foco.