El diario español El País desveló el pasado 10 de febrero que el Gobierno venezolano de Hugo Chávez tenía más de 12,000 millones de dólares en cuentas del banco HSBC en Suiza.
Entre los años 2005 a 2007, época en que un fortalecido y cada vez más socialista Hugo Chávez era reelegido presidente, el Gobierno de Venezuela llevaba a cabo una importante campaña de nacionalizaciones y expropiaciones en el país. En el mismo período de tiempo, la Tesorería Nacional de Venezuela y el Banco del Tesoro (banco comercial fundado por Chávez y hoy presente en toda la geografía venezolana) abrían 4 cuentas en el importante banco con depósitos que ascendían a más de $12 mil millones de dólares estadounidenses.
Según los documentos filtrados por el extécnico de informática del multinacional banco HSBC, Hervé Falciani, este monto representaba el 85% de los fondos depositados en este banco con origen latinoamericano.
La plataforma periodística venezolana Armando.info, a cargo de una investigación periodística para clientes de Venezuela, desveló como dos altas personalidades del Gobierno de Chávez estuvieron al frente de estas operaciones financieras multimillonarias. El primero fue Rodolfo Marco Torres, hoy vicepresidente del Gobierno de Nicolás Maduro y entonces presidente del Banco del Tesoro y el segundo fue Alejandro Andrade Cedeño, al frente de la Tesorería Nacional y que llegó a ser viceministro de finanzas y que hoy se cree vive cómodamente retirado en el estado de Florida, Estados Unidos.
Si bien la apertura de cuentas en terceros países no constituye un delito per se, este hecho levanta muchas dudas en el panorama venezolano donde la transparencia en la gestión pública del gobierno brilla por su ausencia. La ONG internacional Transparencia Internacional coloca a Venezuela en el puesto 161 de 174 países en su famoso Índice de Percepción de la Corrupción, realizado a través de multitud de encuestas a diferentes niveles. Es decir, ciudadanos y empresarios venezolanos perciben como muy alto el nivel de corrupción en el país, al mismo nivel que países como Haití, Guinea-Bissau o Yemen.
Fuente: ElPaís, Armando.INFO