Descubren en Xuntu, Guatemala que no se acaba el mundo

Por Dolega @blogdedolega

Me levanto temprano, a pesar de que es sábado y leo la penúltima mala noticia del día. Han descubierto en la selva centroamericana concretamente en Guatemala, en la ciudad-ruina de Xultun una habitación con el calendario astronómico Maya más antiguo que se conoce y que arroja nuevos datos nunca antes conocidos.

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En definitiva, que no se acaba el mundo en diciembre de este año.

Siento que me empieza un enorme desasosiego. El hecho de que todo se fuera al carajo de aquí a unos pocos meses me había liberado de algunas obligaciones bastante desagradables en las que hay que pensar cuando tienes una edad aunque no te guste, por ejemplo hacer testamento. Si todos palmamos, una cosa menos de la que preocuparse. Y ahora otra vez a pensar en el tema:

En circunstancias normales cuando tienes dos hijos, una casa, dos gatos y millones de cosas en el garaje, tienes que hacer testamento.

Tienes que dejar muy claro quién se llevará la sierra de calar que Pedro te ha pedido tantas veces y que siempre hay que recordarle que la echas de menos, que la extrañas… que no se la quede, vaya.

Dejar pagado por adelantado la electrificación con 1500 voltios de tu lado de la cama por si al consorte le da por traer amiguitas cuando todavía no se han marchitado las flores de las coronas.

Hay que dejar una lista con el reparto exacto de las películas de Disney que has guardado celosamente para los nietos, en un formato para el que ya no hay dispositivos en el mercado, no vaya a ser que haya peleas entre los hermanos a cuenta de La Sirenita ó Robin Hood.

Dejar escrito como última voluntad ineludible, devolverle a Margarita todas y cada una de sus “creaciones” de cerámica que ha estado regalándote en los últimos 15 años por tu cumpleaños y que tú guardas en el rincón más alejado del trastero, no vaya a ser que les dé por salir al salón.

Otra de las obligaciones desagradables es pagar la hipoteca. Decidí que para cuatro días que nos quedaban y sumando que hoy los bancos, con tal de que no le pongas las llaves en la puerta negocian lo que sea, fui y les dije que hasta el año que viene nada, que no podía.

Encima, las últimas noticias de que Bankia entidad donde tengo la hipoteca, estaba quebrada y que aquellos que la han dejado hecha una mierda se van a ir de rositas como todos, había hecho que mis remordimientos por incumplir mis obligaciones se esfumaran totalmente.

El dinerito sobrante lo iba a invertir este verano en darme una vueltecita al mundo, en ir a conocer África y ver los elefantes que queden, en un crucerito por el Báltico, que yo también tengo derecho y en darme unos buenos homenajes de comer y beber por los mejores restaurantes y sitios cool de todo el país, pagando con la tarjeta que, aunque no sea de ningún partido político, como es dinero de la hipoteca, podríamos decir que es la tarjeta de Bankia.

Y ahora ¡hala, todo el plan veraniego a la basura!

La siguiente obligación desagradable: no ser totalmente sincera con todo el mundo.

Todos vamos por la vida con los topicazos del: “Yo voy siempre de frente”,   “ Huy, a mí se me ve venir enseguida” , “¡Yo no puedo con la hipocresía!”

¡MENTIRA! Hay montones de cosas que no nos gustan de nuestra pareja, hijos, amigos, compañeros de trabajo, parientes y demás allegados que no decimos porque no es cuestión de agriar la relación, tenemos toda una vida por delante de convivencia y no vamos a estar dando la chapa por naderías, pero si se va todo al carajo de aquí a unos meses, podemos hacer una excepción ¿verdad?

Así que cogí la agenda del móvil y empecé a tocarle la moral al personal diciéndole aquellas pequeñas cosas que me fastidian de ellos y recordándoles algún que otro agravio ó malentendido. Menos mal que apenas iba por la mitad de los nombres de la A y salvo mis “Anas Madrinas” la mayoría de los de la A, no tienen gran relevancia en mi vida.

En fin, que no quiero seguir deprimiéndome. Si es que últimamente son todo malas noticias, joder.