Por supuesto, aprovecharon para mirar qué estaba ocurriendo, y se dieron cuenta de que la emisión de rayos X procedía de un halo de materia alrededor del agujero central de la galaxia, un auténtico «monstruo espacial» con una masa equivalente a la de 300.000 soles. Algo muy extraño, ya que jamás se había detectado allí una actividad parecida. Para sorpresa de los investigadores, lo que estaban viendo era justo el momento en que el agujero negro estaba, literalmente, destrozando un planeta solitario unas 15 veces mayor que Júpiter, para devorarlo en parte inmediatamente después. La existencia de estos planetas errantes, expulsados de sus sistemas solares por medio de «patadas» gravitatorias, ya ha sido comprobada en numerosas ocasiones por los científicos y se piensa que son extraordinariamente abundantes en muchas galaxias. «Es la primera vez que hemos visto la destrucción de un objeto subestelar por parte de un agujero negro», aseguro otro de los autores del estudio, Roland Walter, del Observatorio de Ginebra, quien añadió que «creemos que sólo las capas exteriores del objeto fueron devoradas por el agujero negro, lo que supone cerca del 10 por ciento de la masa total del cuerpo. Su núcleo, más denso, se ha quedado en órbita alrededor del agujero negro».
Recordemos que un acontecimiento parecido tendrá lugar a mediados de este mismo año en nuestra propia galaxia. Solo que esta vez, la «merienda» no consiste en un planeta, sino en una nube de gas que en estos momentos se dirige de cabeza hacia el agujero negro central de nuestra Vía Láctea.
Fuente: abc
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