Descubren un crecepelo que funciona solo en las rodillas

Por Etcnoticias @etcNoticias

Así lo asegura la revista Science of the Week

¿Que habría sido de la humanidad, sin los calvos?

Desde tiempos de Julio César, una de las mayores preocupaciones del hombre ha sido la de encontrar un remedio a la calvicie. Un hecho bastante desconocido entre el vulgo es que la conquista de la Galia por parte del gran general romano no estuvo motivada tanto por la gloria, el poder y las riquezas como por el hecho de que le habían llegado noticias de que un famoso druida, Peligéntorix, tenía una pócima para remediar el mal de la alopecia. Las noticias resultaron ser falsas y, defraudado, César acabaría suicidándose por el indoloro método de clavarse 23 dagas.

Hoy, por fin y tras gastar a lo largo de la historia el equivalente a miles de millones de euros en la búsqueda de una solución eficaz que no pasara por la consabida peluca, el ser humano parece haber dado con ella. O, al menos, haber dado un paso de gigante hacia la solución final (perdón por la expresión). El honor del descubrimiento, según informa la revista Science of the Week, corresponde a un grupo de investigadores de Badajoz becados por la Diputación de Albacete, uno de cuyos ordenanzas es cuñado de un amigo del catedrático en cabeza del grupo de investigadores. Este catedrático, Celestino Cabello, ha confirmado por teléfono que “sí, estábamos investigando el modo de despiojar cabras sin recurrir al método manual, lo que habría permitido un ahorro sustancial en mano de obra a Guadalupo, el cabrero de la zona. Lo intentamos al principio con fuertes descargas eléctricas capaces de acabar con todos los piojos de una sola vez y, aunque el método funcionaba, tenía el resultado colateral de que la cabra tampoco solía sobrevivir y, cuando lo hacía, se le cuajaba la leche”.

El grupo siguió probando nuevas líneas de investigación. Llegaron a las pócimas y dieron con una que parecía eficaz en los primeros tests. “La guardamos en un bote de gel de baño porque se nos habían acabado los de verdad de laboratorio”, rememora Linda Peli, ayudante de Cabello. “Con tan mala suerte que esa misma noche al Guadalupo se le ocurrió ducharse. Creyó, ignorante como es, que el bote de gel de baño contenía gel de baño, y uso un buen chorro del mismo. Guadalupo no tiene un pelo en todo cuerpo, pero de la ducha salió con una larga y preciosa melena”.

Para ser precisos, hay que decir que salió con dos: una en cada rodilla. Y ahí está, por el momento, la única pega al invento: que solo funciona en esas articulaciones. Cabello asegura que “hemos probado cien mil pequeñas variantes pero el pelo sigue brotando solo de las rodillas. Tal vez la solución sea injertar la piel de las rodillas en lo que viene siendo la cabeza. Veremos a ver, porque la cabeza suele ser más grande. No sé. Me voy a casa, que tengo caca”.