Emocionante la respuesta de estas, dispuestas a ayudarla en todo, pero exigiendo a nuestra chica con SD un continuo esfuerzo para mejorar. Tratándola de igual a igual sin ninguna condescendencia.
La dificultad de nuestra sexta hija ha servido para plantar en casa la semilla de la tolerancia, de la ayuda al mas débil y a comprender que no todo sale perfecto a la primera. Lo bueno es que lo practican con los demás, no solo con su hermana. Comprensión sin compasión.