Sobrevolando un slam próximo al aeropuerto de Mumbay
Había viajado hasta la India, para colaborar como fotógrafo en un proyecto médico humanitario, que se desarrollaría entre Jaipur y una pequeña población rural muy cercana, de nombre Nayla situada a poco más de 24 kilómetros. Tras una primera escala técnica en el aeropuerto de la antigua Bombay, seguimos con el vuelo previsto hasta Nueva Delhi, desde donde nos trasladariamos hasta Jaipur la ciudad rosa, capital del Rajasthán, a través de concurridas carreteras, en las que ya podía empezar a vislumbrar de manera palpable, la manera diferente de entender la vida, que tienen los habitantes de este país asiático.Al llegar a la populosa ciudad de Jaipur, me acomodé como invitado de la familia que organizaba la campaña médico-humanitaria, que me había llevado hasta la lejana India. La amplia casa familiar, estaba enclavada en el interior de un céntrico barrio de la ciudad, muy cerca del Palacio de los Vientos y de la zona de bazares.
Esta residencia temporal en un barrio de la ciudad, me permitió relacionarme de una manera mucho más directa con las gentes del lugar, que día a día se iban acostumbrando a mi presencia, así que durante la primera semana que dedicamos a visitar a importantes personajes de la política y de la medicina, que posteriormente colaborarían en la campaña, siempre encontraba un momento para pasear por el barrio, entablando conversaciones con algunos de los comerciantes y habitantes del lugar.
Esta privilegiada situación de vecindad, me permitió acercarme a los diferentes personajes y a las actividades que cada uno de ellos realizaba día tras día... nos saludabamos cada mañana cuando iba a comprar el pan, también cuando me dirijía a mis diarias incursiones por la ciudad y como no, al caer la noche cuando regresaba a "casa", para ordenar el material obtenido, cenar algo y descansar.