Puntuación @cineEnCines: 7/10
Armando es un cincuentón cuya vida sexual, triste y desesperanzada, se desarrolla comprando los servicios de prostitutos hasta que la aparente tranquilidad de su vida se ve sacudida. El principal atractivo de la película es el buen hacer de Alfredo Castro, que consigue un personaje de aparente mansedumbre, pero de una fortaleza apabullante. La cámara lo sigue por encima del hombro durante buena parte de la película, para que nos sintamos como mirones, y juega con enfoques y desenfoques, para mostrar distintos planos de la realidad. No obstante, la distancia con la que se tratan los personajes y las muchas elipsis, hace que el conjunto resulte un tanto frío, lo cual es incongruente en una película que pretende ser intimista.